Cocino para alimentar el cuerpo y leo para alimentar el espíritu. Dos caminos muy distintos para disfrutar en la vida, de la gastronomía y de la lectura.
Si hoy en día alguien me preguntara que parte de tu casa te gusta más, ¿tu cocina o la biblioteca? francamente no sabría qué contestaría sin tenerlo que pensar, pero a fuerza de ser sincera, sin lugar a dudas diría: mi biblioteca.
¿Sabían que la palabra biblioteca proviene a su vez de dos palabras de origen griego? De “biblion” que significa libro o documento y de la palabra “teké” que quiere decir caja; así que literalmente “biblioteca” viene a significar “caja de libros”.
Ésa parte de mi casa, donde se guardan otras historias, donde la fantasía se transforma en realidad y mi imaginación vuela, donde viajo a otros mundos, a otros países, descubro otras culturas, entro en otra dimensión, hago mías mil y una historias relatadas por otras personas.
Libros que me emocionan, que me hacen sufrir o incluso reír, soñar; a sentir como propias las alegrías y las tristezas, los miedos y deseos de los protagonistas, a los que llego a conocer e imaginar como si fuesen personajes vivos; y por qué no decirlo, algunos incluso me invitan a “dormir”.
Pasar la tapa del libro, es abrir una puerta, ir leyendo cada renglón, cada palabra es sentir que acompaño a los protagonistas y sin darme cuenta soy testigo de excepción en ése mundo no real donde entro dejando atrás todo lo que me rodea. Mi entorno se desdibuja a través de ésas paredes invisibles que se forma a mi alrededor que logra contener el paso del tiempo, la música o el canto de los pájaros e incluso los ladridos de los perros en la lejanía.
Es cuando entonces mi vida se detiene aunque el reloj sigue marcando los minutos o las horas transcurridas mientras me adentro en la lectura, mi yo viaja al otro lado del libro apoyado en mis manos, que se mueven instintivamente mientras deambulo por esos mundos literarios invitada por el autor.
Pueden pasar horas y no darme cuenta de ello, pero soy consciente de las obligaciones a las que intento arañar aunque sean minutos para volver a la lectura, por llegar un poco más allá de ésa historia que descubro en cada libro….y de mi biblioteca, vuelo a la cocina, entro en ése otro mundo de sensaciones y un nuevo capítulo comienza en mi blog, esperando que quienes me visitan virtualmente pasen sus páginas y de mi mano se adentren en ésta aventura: cocinar, una historia que nos llena también el alma, el espíritu y nos alimenta.
La lectura como la cocina, es una necesidad vital….. con ambas alimento el cuerpo y el espíritu.
En estos días ando de lleno en el último libro de la trilogía de Ken Follet y al cerrar el libro, salgo de mi burbuja, dejo atrás ésa otra vida virtual
Es entonces cuando me "adentro" en Mi cocina, donde preparo ésta delicia, filetes de ternera en salsa de zanahoria….
¿me acompañan? Les explico como hacerlos:
Ingredientes para cuatro personas:
Cuatro filetes de ternera, dos tomates (sin piel), un pimiento verde (tipo italiano), una cebolla, cuatro dientes de ajo, un puerro, dos zanahorias (si son pequeñas, tres), un vaso de vino blanco, dos vasos de agua, sal, una ramita de tomillo y medio vaso de aceite de oliva virgen extra (recuerden, a ser posible malagueño).
Los pasos a seguir:
Picar en trozos pequeños todas las verduras.
En una sartén o cacerola plana echar el aceite, una vez esté caliente, echar los filetes y marcarlos durante uno o dos minutos por ambos lados. Sacarlos y reservarlos.
En el mismo aceite a fuego lento pochar las verduras previamente saladas al gusto, removiendo continuamente con cuidado de que no se quemen.
Una vez hecho el refrito incorporar los filetes y el “caldito” que han ido soltando, echar el tomillo y el vino blanco, dejar cocer uno o dos minutos para que se evapore el alcohol.
Añadir el agua y dejar cocer unos quince minutos aproximadamente.
Sacar los filetes y pasar el refrito por la minipimer.
Volver a incorporar en la sartén los filetes y colar la salsa por un colador a fin de que no se queden trocitos del tomillo y las semillas de los tomates. Rectificar de sal si fuese necesario.
Acompañar con arroz blanco, champiñones salteados
y patatas fritas….
¡¡ Buen provecho !!