Hoy os recomiendo el diseño de una finca en Mallorca diseñada por el arquitecto Vincent Van Duysen en 1996.
El proyecto corresponde a una vieja casa de campo en el interior de la isla de Mallorca, dotada de un escenografáfico pórtico en la fachada principal, y de dos edificios adyacentes actualmente destinados a vivienda para los guardas y a despacho para el propietario.
La casa conserva intacto el espíritu de la antigua finca mallorquina; en el interior, los espacios se presentan limpios y esenciales, así como los elementos de decoración que definen los diferentes ambientes de la casa: la atmósfera conseguida es de absoluto equilibrio, y en ella predomina un ambiente vacacional y de descanso.
La relación entre el interior y el exterior se ha conseguido a través de elementos compositivos capaces de crear una sensación de continuidad visual entre la casa y el paisaje: para los pavimentos de la vivienda y el jardín se ha utilizado el enlosado de cemento y piedras locales. Sólo el muro del recinto se configura como una verdadera barrera física y visual entre el espacio residencial y el resto de la propiedad.
El rigor de las soluciones decorativas (superficies simples, volúmenes primarios, llenos y vacíos, para esconder, contener y apoyar), se diluye en la riqueza sensorial de los materiales utilizados como la madera de roble teñida, las piedras, los mármoles y la cerámica.