Por Psic. Sonia García * Ayuda Psicológica en Línea - Psicólogos por Internet
¿Has fingido algún orgasmo? ¿Tienes la sospecha o la certeza de que ha sido tu pareja quien lo ha hecho? Fingir orgasmos conlleva simular haber alcanzado un placer máximo durante una relación sexual, por tanto, se muestra haber tenido un orgasmo que en realidad no ha existido.
¿Serías capaz de saber si tu pareja está o no fingiendo un orgasmo?
Ante esta pregunta es inevitable que se nos venga a la cabeza la escena de la película “Cuando Harry encontró a Sally” donde Sally hace una escandalosa (por el ruido) demostración pública de cómo se puede fingir un orgasmo.
Hay señales físicas que pueden tenerse en cuenta para saber si el orgasmo es o no fingido (ritmo de la respiración, arqueo de la espalda, tensión muscular, etc.), pero cierto es que esas señales físicas también se pueden simular, por tanto, que cada uno tenga en cuenta sus dotes de simulador o de captar simulaciones ante esta situación.
¿Por qué se fingen los orgasmos?
Principalmente por una razón que abarca el resto: satisfacer el ego sexual de la otra persona. Es decir, se finge para que la pareja sexual quede satisfecha con el orgasmo que ha proporcionado a la otra persona y que se sienta bien.
Y qué gran error cometemos. Primero porque seguimos manteniendo el mito de “soy el responsable del placer sexual de mi pareja” y “mi pareja es la responsable que debe darme a mí el placer” y segundo porque estamos cayendo en un engaño, tanto a nuestra pareja como a nosotros mismos, ya que estamos fingiendo sentir placer con prácticas que no nos lo proporcionan.
De esta manera estamos más pendientes de si hay orgasmo o no y de si hay o no que fingirlo, que de si estamos disfrutando o no de la relación sexual. Por tanto, nuestra cabeza está en otros asuntos, no nos permitimos relajarnos, dejarnos llevar y sentir, y es probable que no haya orgasmo.
Y además estamos cometiendo otro error, el hecho de poner el énfasis de la relación sexual en alcanzar un orgasmo en lugar de disfrutar de todo el encuentro sexual, haya o no orgasmo.
COMUNICAR MEJOR QUE FINGIR
Puesto que los beneficios de fingir orgasmos son escasos por no decir inexistentes.
Lo mejor que podemos hacer es dejarnos llevar y disfrutar de la relación sexual desde su inicio hasta su final. Entendiendo como final el momento en que deja de haber interacción erótica en la pareja, sea o no sea tras un orgasmo.
Es de esta forma como en lugar de estar preocupados por lo que tiene que pasar, estaremos centrados disfrutando de lo que está pasando. Además, poniendo siempre la responsabilidad del propio placer en uno mismo, sin delegarlo en la otra persona.
Si hay dificultades habituales para alcanzar orgasmos, será el momento de hablar y sincerarse con la pareja y explicar lo que está sucediendo, así como comentar qué se puede hacer para mejorar la situación.
Hablar de zonas erógenas y la forma adecuada de estimularlas o qué prácticas producen mayor placer sexual, entre otras muchas cosas; en definitiva, ser asertivos sexualmente Si el problema se mantiene, lo más recomendable es acudir a la consulta de un sexólogo.
Puedes consultar la publicación original en ¿Fingir orgasmos? ¡Yo nunca, por favor! de Ayuda Psicológica en Línea.