Dentro del amplio y etéreo mundo de las terapias alternativas o complementarias, la fitoterapia o terapia herbal es de las que cuenta con mayor fama. Parte de la base, absolutamente cierta, que muchos medicamentos en uso se han obtenido a partir de plantas, y a partir de ahí caen en la generalización inadecuada de asumir que cualquier enfermedad se puede tratar con plantas. La fitoterapia también se aprovecha de la percepción general que un medicina natural no tiene efectos secundarios ni toxicidad mientras que cualquier pastilla que compras en la farmacia sí. Si el principio activo es el mismo los efectos beneficiosos y los tóxicos serán los mismos, la diferencia es que cuando compras en la farmacia el prospecto te advierte de las posibles interacciones o incompatibilidades y en el herbolario no. Teóricamente en la farmacia encuentras más información y más fiable, pero todavía hay mucha gente que piensa que si te venden hierbas supuestamente curativas y además te hacen la carta astral y te leen el tarot, tu salud está en mejores manos. Yo no opino así.
Recientemente ha salido publicado un artículo de revisión sobre cáncer y terapias herbales. Los autores no son sospechosos de animadversión contra las medicinas naturales, puesto que uno trabaja en la sección de medicina alternativa y complementaria para el cáncer, subsección del instituto nacional del cáncer estadounidense. Este instituto es uno de los dos que existen en Estados Unidos para el estudio científico de las medicinas alternativas y complementarias... con paupérrimos resultados.
La garantía que una terapia funciona es un ensayo clínico a gran escala. Las personas enfermas somos sistemas muy complejos, en los que intervienen muchas circunstancias dependiendo de la genética de cada uno y del entorno donde viva. La única forma de eliminar esta variabilidad es observando el efecto de determinado tratamiento sobre un gran número de individuos y utilizando placebos (medicina falsa) como control, es decir, que a unos les damos la medicina que estamos probando y a los otros no. Si la medicina funciona solo observarás mejoría en los que tomaron la medicina real. Relacionados con fitoterapia solo se han realizado ensayos de este tipo sobre los extractos de te ricos en polifenoles (que tienen un gran poder antioxidante y efectivamente pueden actuar como agente preventivo del cáncer), algunos en curso sobre el muérdago y uno con la hierba noni, proveniente de la polinesia, cuyos resultados no se han publicado a pesar de haberse concluido en el 2006 (no parece que prometa mucho). Por lo tanto la primera conclusión, que también destacan los autores, es que hay una alarmante falta de literatura científica que respalde el uso de fitoterapia en el cáncer.
El té verde, un antioxidante eficaz.
Esta revisión en concreto se centra en un tipo de literatura médica llamada “case report”. Un “case report” es una descripción hecha a proposito de un caso. Es decir, no tiene valor estadístico ni se pueden sacar conclusiones generales o inferir tratamientos a partir de él, pero tiene un gran valor como descripción u orientación para otros médicos que se encuentren con un caso similar. Los autores han buscado todos los artículos de este tipo entre el año 1960 y el 2009 que relacionen cáncer con fitoterapia. Después de aplicar diferentes filtros llegan a las siguientes conclusiones: en 18 casos los pacientes sufrieron una aparente mejoría por el uso de la fitoterapia… y en 21 un empeoramiento. Por lo tanto, ni siquiera buscando la evidencia más ligera y los criterios menos exigentes se puede observar efectividad de la fitoterapia contra el cáncer.La fitoterapia puede tener efectos secundarios, a pesar de lo que digan.
Otro aspecto que me ha llamado la atención del estudio, y que los autores no destacan, es que para un mismo tipo de cáncer en diferentes estudios utilizaban hierbas que no tenían nada que ver entre ellas. Normalmente los protocolos para hacer frente a una enfermedad son bastante similares, ya que cada médico utiliza el que ha demostrado ser más efectivo. Aquí la impresión es que el fitoterapeuta utiliza alegremente la hierba que le parece para la enfermedad que le parece, algo muy frecuente en la pseudomedicina.
Por lo tanto, el té verde es antioxidante y eso previene el cáncer. El te rojo y el negro no, puesto que están fermentados. En la fermentación se degradan los polifenoles responsables de este efecto. Los polifenoles del cacao serían igualmente beneficiosos para la salud. Sobre el muérdago todavía no se han publicado resultados concluyentes. Fuera de estos casos, si te dicen que hay evidencia científica que la fitoterapia cura o previene el cáncer te están mintiendo. Mala hierba la que te recetan y peor quien te la receta.
PD: Hoy se ha llevado a cabo en diferentes ciudades el reto 10^23 de denuncia de la homeopatía. No he podido suicidarme (homeopaticamente). Un saludo a todos los homeosuicidas y a ver si el año que viene nos suicidamos juntos, siempre y cuando ningún homeopata decida liquidarme alopáticamente.