Nada es más sencillo y perfecto que una flor.Se utilizan en perfumería, alegrar nuestros jardines, crear medicamentos, decorar estancias e incluso perfumar la comida. Pero las flores tienen muchos más usos. El jugo de las campanillas se utilizó como pegamento para encuadernar libros, y con las fibras de ortigas se fabricaron los uniformes de los soldados alemanes de la Primera Guerra Mundial. Ahora la NASA estudia la flor de loto para crear la ropa de los astronautas del futuro. A pesar de su aparente fragilidad, algunas flores como el edelweiss resisten el frío glacial y otras, como la retamilla, florecen en el desierto de Atacama cada 4 ó 5 años.