Desmontamos la trasera y decidimos usar, para el interior del marco, un bonito y floreado papel adhesivo.
Ya parecía estar tomando forma nuestro nuevo trabajo, pero aún nos parecía algo anodino...
Entre los tesoros que almacenamos en nuestro taller, estaban estos dos apliques en bronce que desmontamos de un mueble destartalado e imposible de reciclar.
Adherimos con silicona caliente (intentamos con clavos pero el material de base no daba más de sí) a los laterales más cortos del marco, y este es el resultado.
Finalmente, decidimos que el uso que queríamos dar a nuestro trabajo era el de pequeña bandeja de desayuno, así que retiramos el pie de apoyo trasero que permitía mantener el cuadrito en vertical. De esta forma dimos asentamiento a nuestra nueva fuente o batea.
Tiene posibilidades, ¿verdad?
Pues con esta fruslería nos despedimos hasta el lunes deseándoos, con la prudencia que todos debemos seguir manteniendo,...
¡FELIZ FIN DE SEMANA!