En plena resaca de San Valentín, algunas, las más afortunadas, tendrán ramos de flores preciosos en casa, a los que estarán medicando con sobredosis de aspirina, para alargarles la vida. Podemos disfrutar de ellos de maneras muy originales, mientras duren, u optar por secarlos, pero eso merecería un capítulo aparte. De una forma u otra, os dejo con unas cuantas ideas para que las flores no sean las únicas que decoren.
Separarlas en pequeños ramitos y colocarlas en vasos, botellas y jarrones variados, puede ser una de las mejores opciones. Además, así podremos ir eliminando las flores más frágiles, y conservar los elementos más resistentes, como las hojas o tallos verdes.
Para mañosos. Con piezas sueltas de madera, y unos tarros, podremos crear pequeños maceteros de interior, que colgar en cualquier lado. Pueden ser hasta un colgador de llaves en la entrada, y su pequeño tamaño hará que podamos rellenarlos de flores silvestres cada vez que queramos. Van genial con maderas decapadas, que potencian ese aire rústico renovado, que suele encajar en cualquier casa.
Seguimos con ideas para manitas, como hacer de una bombilla un pequeño jarrón. No me digáis que no es una idea preciosa. Yo me quedo con la opción para colgar.Y también podemos recurrir a opciones más clásicas, como colocar flores en botellas, en latas de té, en jarras... ¡o hasta en botas!. ¿Con cuál os quedáis?. vía
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