Llevaba años con la idea de preparar fogasetas en casa. Pero desde siempre he tenido la sensación de que serían muy complicadas, que sólo estarían al alcance de un obrador profesional. Pero nada más lejos de la realidad. ¡Son súper fáciles! Me atrevo a decir que una de las masas fermentadas más sencillas de elaborar. Y encima están riquísimas.
Quienes me seguís desde hace tiempo en Facebook y también en Instagram, seguro que sabréis que mi dulce preferido es la fogaseta. Me encanta (por encima de cualquier otro) desde que era niña. En Elche, desayunaba cada día un generoso pedacito. Nunca me cansaba de comerla.
Mi abuelo era quien me las suministraba. Las compraba cuando iba a por el pan. Grandes y/o individuales, nunca faltaban en casa.
Y estando en Salamanca tampoco me han faltado. Cada cierto tiempo, he recibido una caja con ocho suculentas preciosidades como las que veis en las fotos (bueno, parecidas). En este caso, gracias al congelador, siempre que he querido -racionadas con excesiva mesura- he tenido a mi disposición un trocito de este dulce tan hiperdelicioso.
Pero estaréis de acuerdo conmigo en que depender de que te envíen por mensajería tu dulce favorito no es plan. Desde incluso antes de meterme de lleno en el universo pastelero, ha rondado en mi mente la idea de hacer fogasetas en casa. Es más, años antes de abrir el blog, mi tía me dio su receta para preparar la masa en Thermomix, pero al final nunca me atreví. Desde entonces ha pasado tanto tiempo que ni siquiera recuerdo dónde guardé el papelito con sus indicaciones (aquí donde me leéis soy una de las personas más despistadas del mundo, creedme).
Sin embargo, el año pasado se hizo la luz. Encontré una receta para hacer fogasetas en la página de Facebook de productos Harimsa. Y de inmediato la guardé como oro en paño. No quería volver a perderla. Estaba segura de que la iba a probar un día de estos, aunque no sabía cuándo.
Finalmente fue la semana pasada cuando me puse manos a la obra. Y os aseguro que sólo por el olor que quedó en casa, merece la pena hacerlas. ¡Qué rico!
Además, es una masa muy fácil de hacer. Creo no exagerar si os digo que es una de las masas fermentadas más sencillas que he probado. Y el resultado, es maravilloso. Su sabor, su textura, su aroma... Todo me gusta. Así que os animo a hornearlas en vuestras casas. Para quienes no las conozcáis, la masa es similar a la del roscón de Reyes, pero sin agua de azahar y, en mi opinión, más buena, sobre todo, la capa superior, cubierta por azúcar. ^_^
La fogaseta me gusta tanto que suelo comerla sola, a palo seco, pero entiendo que no todo el mundo es tan goloso como yo, ni posee mi mismo (y excesivo) gusto por las masas fermentadas. Por eso, os recomiendo un chocolate caliente como el mejor acompañamiento, aunque junto con un café o té, también resultará de ñaaaaaaaammmm.
De momento, esta es la primera prueba que he hecho, y que ha resultado bastante exitosa. A partir de ahora, seguiré horneando nuevas tandas e intentando mejorar la receta.
Con las cantidades que os indico os saldrán unas cuatro fogasetas de tamaño medio-grande. Yo, en esta ocasión, hice dos grandes y seis pequeñas, recordando aquellas individuales que me compraba mi abuelo. Pero, después de probar los dos tamaños, os tengo que decir que quedan mucho más buenas, sabrosas y jugosas las grandes.
Fogasetas:
Receta de la página de Facebook de HarimsaINGREDIENTES (para 4 fogasetas)
- 100mL de leche
- 1 rama de canela
- 3 huevos (+1 para pincelar la masa)
- La ralladura de medio limón
- La ralladura de media naranja
- 100g de azúcar
- 500g de harina de fuerza
- 25g de levadura fresca de panadería
- 70g de mantequilla
PREPARACIÓN
- La víspera, hervimos la leche con la canela en rama. La retiramos del fuego y la dejamos enfriar.
- Mezclamos los huevos, la leche, las ralladuras de limón y naranja, el azúcar, la harina y la levadura desmenuzada. Amasamos unos minutos hasta que se homogeneice. A continuación, poco a poco, vamos añadiendo la mantequilla, cortada en cubos, y seguimos amasando hasta que se incorpore. La amasamos durante unos 12 minutos, más o menos, o hasta que veamos que la masa está elástica y sin grumos.
- Formamos una bola, la introducimos en el bol, tapamos con papel film y dejamos reposar en un lugar templado hasta que doble su volumen (unas 2 horas).
- Volvamos la masa en una superficie ligeramente enharinada y formamos cuatro bolas. Las colocamos en dos bandejas de horno forradas con papel vegetal y las cubrimos con papel film hasta que vuelvan a doblar el volumen, otra hora y media o dos horas, dependiendo de la temperatura que haga en vuestra cocina.
- Precalentemos el horno a 170ºC.
- Pincelamos ligeramente con huevo batido, espolvoreamos azúcar sobre su superficie y horneamos 20 minutos a 170ºC.