Según Juan Manuel Padilla, maestro de danzas de Lezuza y danzante desde el año 1975, esta agrupación musical formada sólo por hombres cuenta en su repertorio con tres danzas rituales: La danza Vestir el palo –denominación que en Segovia se identificaría con El Encintado o El Cordón- y dos paloteos, La Jota y Las Seguidillas. De acuerdo con el calendario litúrgico, tales danzas se ejecutan el primer fin de semana de mayo, para celebrar la Fiesta de La Cruz y dedicárselas a la Virgen del mismo nombre.
En su indumentaria actual, sólo se usa una enagüilla de algodón decorada con un volante, que deja atrás el doble enaguado almidonado que conoció Padilla. Este conjunto de prendas se “fijó” hace unos cincuenta o sesenta años, momento en el que también se empleaban dos cintas de seda: la roja, situada a modo de cinto sobre la cintura, y la azul, que cruza el pecho desde el hombro de derecha a izquierda y que no distingue, como en la provincia de Segovia, las posiciones de los danzantes en la ejecución de la danza. Asimismo, un pañuelo atado sobre el lado izquierdo de la cabeza -en forma de moñete- y las alpargatas bordadas -con diferentes motivos, en función del “gusto” de cada bordadora- completan su atavío.
En las imágenes os dejo algunas tomas de La Alhóndiga y del Pasacalles por la Calle Real y la Plaza de San Martín, que he compartido con la Investigadora Fuencisla Álvarez Collado, experta conocedora de las danzas de palos de la provincia de Segovia.