Fórmula casera para rejuvenecer madera.

Por Paula Lesina
 
Compensando el exceso verborrágico de la entrada anterior, hoy me acerco tímidamente a este espacio, con tanta frugalidad de letras como de recursos. Como parte de mi propósito de vivir una vida más simple  y motivada por un problema de salud específico, me dediqué a "desempolvar" de la memoria familiar recetas naturales usadas para la limpieza y el mantenimiento general de la casa. En esta ocasión, quiero compartir una fórmula natural para rejuvenecer y nutrir la madera que es tan efectiva como económica.

Rejuvenecer la madera.


Una mudanza o una obra -por mínima que sea- es un atentado violento contra los muebles de madera. Lo sé por experiencia. No sólo porque en mi desmesura me he mudado más veces de las que desearía cualquier otro ser humano, sino porque con la misma constancia enloquecedora para mi no-marido, emprendo arreglos para mejorar la casa episódicamente. Que nadie se asombre si vuelvo a mudarme en el transcurso de los próximos años o si continúo publicando entradas sobre renovaciones propias y ajenas. La búsqueda y el cambio son hábitos arraigados.  

Fórmula para lustrar casera y económica   


De más está decir que amo mis muebles de madera. Los elegí cuidadosamente y terminé encargando muchos de ellos a un artesano: un carpintero que trabaja el álamo con impronta rústica, emulando muebles de campo antiguos. Es obra de sus manos, el vajillero que elogiaron cuando publiqué la renovación de la cocina el año pasado y mis bibliotecas. Luego de algunos años, dos mudanzas y el trato poco amoroso de fleteros con voluntad volátil, la madera se resiente, se reseca, pierde su color y el aspecto característico del lustrado semi-mate, Para solucionar este problema se puede recurrir a opciones comerciales. Personalmente, utilicé durante mucho tiempo una tinta de Petrilac que se vende en ferreterías y funciona maravillosamente. Aunque no es para nada costosa, sigue siendo un producto químico, por este motivo reservo su uso mensualmente.

En este ocasión,  después de pintar el living llenando de polvo todas las superficies horizontales (no-marido e hijo inclusive) decidí recurrir a esta receta natural porque es tan simple y efectiva que asombra. Para quien quiere que la madera tome color oscuro antes de nutrirla, la solución natural es la nogalina. Como se observa en la imagen anterior, es una mezcla con la apariencia del café, que se logra mezclando el polvo de nogalina que se vende en ferreterías con agua. No tiene secretos y es una forma de escasa inversión para reforzar el color de las tinturas desvanecidas por el sol. 

Debe usarse en maderas que no tienen barnices porque es una tintura al agua y la mejor manera de aplicarla va a depender de la pieza a tratar. En las más pequeñas, yo prefiero el pincel (pinté cajas de esta forma) pero en las más voluminosas o con mayor rugosidad es preferible usar un paño de algodón. Posteriormente hay que dejar secar la pieza -no demora demasiado- y el tono que se obtiene es un marrón oscuro, como pueden ver en el árbol de navidad DIY que hice para la navidad reciente y teñí con nogalina. Luego de teñir la madera, se nutre con una mezcla de aceite de linaza y aguarrás. Una mezcla en partes iguales, que se emulsiona y se aplica con guantes y un paño. Tiene un tiempo de secado mayor que la nogalina, pero el efecto final, vale la pena.

Conservar el saber popular.


Conservar el legado de saberes populares y actualizarlo es un propósito noble. No sólo porque es amable con el bolsillo y con el medio sino porque puede ser además un factor beneficioso para preservar la salud de los integrantes de la casa. Sé que ésta última parece una afirmación ilusamente optimista. Re-descubrí las ventajas de los productos de limpieza naturales forzosamente motivada por una alergia inexplicable que no logro controlar y significa una molestia cotidiana desde el pasado mes de noviembre. Al desconocer el agente alergénico vivo a ensayo y error. Mi primer impulso fue responsabilizar al chocolate. Vaya uno a saber por qué tenemos esa tendencia a culpar primero al más cercano y dulce...Porque el chocolate y yo tenemos una relación sólida y trascendente. El nunca me falla. Yo lo quiero casi incondicionalmente: "Lindt" es un nombre posible para una hija de la desmesurada. Sin embargo, el chocolate no parece ser el culpable. Ni la naranja, ni el tomate. Por lo cual, en esta segunda etapa estoy probando con distintas sustancias químicas. Empezando con las que tienen contacto directo con la piel (el jabón de tocador, el jabón en polvo, los productos de limpieza, etc) Sé que en este esfuerzo me acompañan muchas blogueras, pero quiero destacar especialmente el blog de Pilar Bazán,  que es un compendio de "Soluciones para el hogar y el amor"  Nuevamente espero que te expreses con total libertad y extensión, porque tengo la certeza de que vos tenés tu truco de limpieza natural y frugal para compartir.