Podemos convertir una aburrida bolsa de agua, de un solo color (este suele ser verde o rojo) en una pieza sorprendente y actual. Para hacerlo necesitamos:
50 cm de tela (en este caso de "boatiné" o de franela, que ya por si solas son más calentitas), hilo de costura y 50 cm de cinta decorativa de un cm de ancho.
Empezamos colocando la bolsa (de color liso, sin forrar) sobre un pliego de papel de costura y dibujamos la silueta con un lápiz.
Cortamos el papel dejando unos 8 o 10 cm extra en torno a la silueta y lo doblamos a lo largo para que, al recortarla, la silueta sea simétrica. La cortamos dejando 5 cm extra en el cuello y 3 cm en la zona inferior. Luego desdoblamos el papel y comprobamos que las medidas son correctas.
Con este patrón cortamos 2 piezas de tela, más un cm extra de margen de costura.
Colocamos la tela (del mismo estampado) derecho contra derecho y hacemos un pespunte por todo el contorno, excepto en la parte superior. Le damos la vuelta y nos queda para rellenar con la bolsa por una abertura lateral que hemos dejado.
Finalmente, le atamos la cinta decorativa al cuello.