En la fotografía nocturna las posibilidades son enormes y el juego con los tiempos de exposición son infinitos, podemos romper las normas y mantener abierto el diafragma más de lo que nunca pensamos. La luz se recoge sobre los fondos oscuros y las siluetas parecen magníficamente pintadas donde pensamos que solo existiría el negro de la noche. Ya no tendremos que preocuparnos de desenfocar los fondos para no distraer el tema.
Elegimos para la sesión un entorno que ya conocéis los que seguís mi blog. Se trata del Parque de Polvoranca, un entorno natural privilegiado de Leganés donde además encontramos la cuna y asentamiento de lo que hoy es una magnifica ciudad. "La Ermita de San Pedro" es nuestro modelo y permanece quieto dispuesto a ser inmortalizado.
El tema estará quieto y lo mejor es utilizar diafragmas cerrados, tiempos largos de exposición y si es posible una iso baja. Así nos aseguramos una buena profundidad de campo y reducimos la sobre-exposición. Aquello que se mueva ante nuestra cámara rápido no será recogido. Para enfocar lo aconsejable es utilizar nuestra cámara en modo manual y enfocar poco menos que al infinito. Además el hecho de utilizar un gran angular nos permite tener más zona enfocada.
Fueron unas horas al fresco y aquí os dejo algunas de las fotografías. La luz de la luna nos acompañó y dejó mucha luz en los objetos; el horizonte era claro por las luces de la ciudad, pero las fotografías nocturnas son realmente mágicas y los árboles o el edificio adornan con encanto la composición en el Parque de Polvoranca. Os animo a probar.
Equipo:
- Cámara: Nikon D7100
- Objetivo: Tokina SD 11-16 mm f/2,8 (IF) DX II
- Configuración: 15-30 seg. f 5.6/8 - ISO 100.
- Disparador, trípode y linterna