Yo sentía (¡y siento!) pasión por el campo, la viticultura y el vino, que es el resultado más llamativo, pero quizás no el más importante, de un ciclo anual que no cesa jamás. Así son las cosas desde que el mundo es mundo, desde que la vitis silvestris pasó a vitis vinifera. Y así seguirán. Todo era muy teórico en mi mundo hasta que empecé a pisar el Priorat. Que si Homero, que si los Líricos Griegos arcaicos, que si el ciclo de Dioniso, que si Plauto, que si Horacio y Virgilio, que si los mosaicos y los frescos, que si la epigrafía funeraria y las libaciones a los muertos sobre sus cenizas, que si la arqueología romana, que si Apicio, y etc. Hasta que un paisaje, una tierra, una cultura de la cepa y del vino que remontaba siglos atrás, me llamó: el Priorat. He estudiado de nuevo, he leído, he aprendido, he viajado, he charlado, he bebido, he conocido, he comido, he bebido, he olido, he bebido...y al cabo del tiempo, el descubrimiento de los blogs, me ha dado una voz. Como le ha pasado a Hugh, "tener un blog, tener una voz, tener mi propio medio de comunicación ha cambiado mi vida". No precisamente, o no exactamente, desde mi ropa interior, pero sí desde las vísceras. Me he tomado como buen amateur, es decir muy en serio, esta manera de pasármelo bien, de divertirme escribiendo y contando mis impresiones de algunas de las cosas que me sucedían alrededor del vino y de sus comidas. Y como describe la portada del libro de Hugh, me la he tomado con total libertad. Con respeto y buenas maneras, pero con total libertad para escribir en este cuaderno lo que creía que tenía que escribir.
Y así sigo. Al filo de los seis años y casi mil entregas, mi vida ha cambiado bastante. Dejo ahora (qué cosas tiene la tal vida) unos años intensos dedicado a menesteres que, por necesidad, le robaron casi todo el tiempo a este cuaderno. Escribí menos estos tres últimos años, y lo hice con menor concentración. Esto ha cambiado ahora y voy a poder dedicar más tiempo a esta pasión. De nuevo Hugh MacLeod me ayuda: "encuentra algo que te guste de veras y busca la manera de destacar". Más que destacar, me propongo profundizar. Un querido amigo, que sabe mucho de Champagne, conoce mis planes y me aconseja: "no dejes de ser tú mismo". A eso me refiero: voy a seguir haciendo lo mismo que hacía hasta ahora, pero con más tiempo, con voluntad de pensar mejor qué, cómo y por qué escribo. También para qué y para quién escribo. Intentando (¡con Peter!) que el blog evolucione de nuevo, aprendiendo a hacer mejores fotos, eligiendo mejor los temas y leyendo y releyendo las cosas antes de publicarlas. Voy a desarrollar los textos mayores en este cuaderno e intentaré aprender a escribir textos menores (uso los adjetivos sólo en alusión al tamaño de los textos) en otro formato. Sobresalir, pues, pero hacia mi interior. Profundizar en una cosa que amo de veras y que me da mucho: el ciclo del año a través de la cepa y del vino. Aquí y en cualquier parte del mundo donde encuentre vinos que me emocionen, personas que me seduzcan y comidas que me hagan sonreir de placer. Sin pasión, sin emoción este mundo no tiene sentido. Y yo, en ese crecimiento, en ese descubrimiento, en esa escritura para contároslo, me seguiré sintiendo libre. Y, a ratos, feliz.