Fugacidad

Cuenta una historia taoísta que cierto día un malabarista se presentó ante el rey, y que este, impresionado por sus asombrosas habilidades, le gratificó generosamente. Poco tiempo después, otro malabarista, habiendo oído hablar del espléndido trato del rey para con su colega, se presentó en palacio; pero el rey, que había perdido la capacidad de sorpresa, y que temía que el palacio se viera invadido por un desfile de saltimbanquis y buhoneros, mandó que le encarcelaran.
Así ilustra el yinshi (sabio oculto) la idea de que a cada acción corresponde su momento: ya no se trata únicamente de considerar el qué, sino también el cuando. Y yendo más allá, el cómo, el dónde, el porqué, el con quién, etc.
¿Como vamos a exigir las mismas condiciones de vida en la crisis que en la opulencia, en el mundo globalizado actual que en el mundo compartimentado que fue?
"En el mundo no hay un principio eternamente verdadero ni acción que siempre sea mala. Lo que antes era válido, hoy ya no sirve; lo que hoy desechamos, tal vez mañana será de utilidad. No existe regla fija que determine este principio de la utilidad o inutilidad de las cosas. Aprovechar la ocasión, encontrar el momento oportuno, adaptarse a los acontecimientos, no hay receta para esto, es algo que corresponde a la inteligencia de cada uno".
                       Extraído del libro Tao de J.M. Romero