El peluche integra 12 sensores distribuidos por el cuerpo, con sentido del tacto humano para reaccionar ante caricias.
Fujitsu Laboratories Ltd. ha desarrollado un prototipo de oso de peluche robot diseñado para motivar a los niños y estimular a los ancianos con problemas psicológicos o enfermedades crónicas graves. Debajo de este simpático animal, se encuentra una tecnología punta que integra 12 sensores distribuidos por el cuerpo, con sentido del tacto humano para reaccionar ante diferentes tipos de caricias. También integra un sensor de inclinación interna, un micrófono y una cámara situada en la nariz que permite identificar a varias personas. A través de estas entradas puede captar información sobre su entorno y el estado emocional de su usuario y, en consecuencia, trata de reaccionar de manera adecuada. En función de cómo se encuentra anímicamente el ser humano que tiene enfrente, en el interior del robot están registrados 300 comportamientos preprogramados físicos y de audio y el oso ejecuta algunos de ellos.
El oso es capaz de producir numerosas respuestas: reírse, llorar, estornudar, etc. Además, puede mover las patas, inclinar la cabeza en varias direcciones, las cejas, las orejas y la boca. Un sintetizador del habla reproduce algunas frases que corresponden con las capacidades para hablar de un niño de tres años de edad. Este prototipo forma parte de un amplio programa llamado Human Centric que se basa en el ser humano como centro de la innovación tecnológica.