Tras el devastador terremoto y tsunami de 2011, la ciudad de Iwaki City, capital de la prefectura de Fukushima, sigue en pleno proceso de reconstrucción. La tragedia del año pasado provocó la necesidad inmediata de reconstruir y renovar numerosas instalaciones, al tiempo que ha obligado a las autoridades a poner especial atención al control de la propagación de infecciones que pueden producirse en una zona tan devastada.
Como consecuencia, entre los edificios reconstruidos, hay dos guarderías que han tenido en cuenta la importancia de la instalación de materiales de cobre, debido a su poder antimicrobiano, para prevenir infecciones. Así, en estas guarderías se han instalado grifos, pomos y barandillas, las superficies que más entran en contacto con las manos, para proteger la salud de los niños gracias a la barrera natural que crea el cobre a la hora de evitar la expansión de bacterias y microorganismos patógenos. Estas superficies, debido a las propiedades antibacterianas del cobre, pueden eliminar las bacterias, virus y hongos que entran en contacto con ellas, mientras que permanecerían activas en el resto de superficies a pesar incluso de seguir un intenso protocolo de limpieza.
Los niños ya han comenzado a beneficiarse de las nuevas instalaciones, inauguradas a mediados de marzo con una fuerte presencia de los medios de comunicación locales. El personal del centro destaca la importancia del control de infecciones, especialmente en este momento, tanto para la salud de los niños como de sus familias en general.
Hideko Saito, director de la guardería Kanaya, afirma que “las barandillas y los grifos de cobre se han instalado justo cuando comenzaba la temporada de gripe. Muchos jardines de infancia en la ciudad han tenido que cerrar debido a los brotes de gripe, mientras que en el nuestro ni un solo niño ha tenido gripe. Es muy posible que nuestras superficies de cobre de contacto hayan podido tener algo que ver con este hecho”.