Como cada 31 de mayo, la Organización Mundial de la Salud organiza el Día Mundial sin Tabaco con el objetivo de recordar los grandes perjuicios que conlleva el tabaco para la salud. Este hábito suele relacionarse con patologías de tipo pulmonar, cardiovascular y cancerígeno; sin embargo, la Clínica de Reproducción Asistida Ginefiv, recuerda que el tabaco puede influir negativamente en la fertilidad, tanto del hombre como de la mujer.
Conviene recordar que el 30% de las mujeres en edad reproductiva son fumadoras, un factor que puede influir directamente en su fertilidad, ya que éstas suelen presentar una peor calidad ovocitaria y embrionaria, un incremento de las anomalías cromosómicas y su menopausia se puede adelantar entre uno y cuatro años.
En el caso de que la mujer fumadora tenga que recurrir a un tratamiento de fertilidad también puede encontrarse con más problemas para lograr un embarazo que una que no lo es. “En el caso de las mujeres que fuman se requiere más medicación con Gonadotropinas para estimular la ovulación. Además, hay más ciclos de reproducción asistida cancelados y las tasas de implantación son más bajas. Podemos decir que el efecto que causa el tabaco sobre estas mujeres es comparable a tener diez años más, y ese incremento a la hora de ser madre es muy alto”, explica la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la Clínica Ginefiv.
Durante la gestación se pueden producir graves consecuencias en mujeres fumadoras. “Hay más posibilidades de sufrir abortos, gestaciones extrauterinas en el caso de fumar más de 20 cigarrillos al día, y otras complicaciones como placenta previa, prematuridad, muerte súbita del lactante, así como una mayor demanda de asistencia durante la lactancia”, asegura la Dra. Verdú. Con respecto a la influencia del tabaco en la salud neonatal la Dra. Verdú advierte que, “las mujeres que fuman tienen un mayor riesgo de tener bebés con anomalías cromosómicas”.
Sin embargo, las mujeres fumadoras con problemas de fertilidad aún están a tiempo de solucionarlo ya que, “la pérdida de la fecundidad asociada al tabaquismo puede ser revertida en un año. Además, dejar de fumar representa una ayuda muy eficaz en el tratamiento para la fertilidad”, asegura la Dra. Victoria Verdú.
-El tabaco en la fertilidad masculina
En el caso del hombre, “fumar puede disminuir considerablemente la calidad espermá tica del hombre al fragmentarse el ADN del gameto. Estas lesiones en el material gené tico del espermatozoide suponen una reducción significativa de las tasas de fecundación e implantación, así como de la calidad embrionaria”, asegura el Dr. Vicente Badajoz, coordinador de Laboratorio de Ginefiv.
El número y el tipo de roturas o lesiones del ADN que contiene el espermatozoide condicionan la integridad del material genético, dificultando así la consecución del embarazo, incluso aunque la pareja se someta a tratamientos de reproducción asistida. Y es que sustancias como la nicotina y compuestos tóxicos como los polifenoles, hidrocarburos cromáticos e incluso pesticidas, presentes en los cigarrillos, pueden dar lugar a dicha fragmentación.
Aunque sólo se realizan en pacientes con problemas de esterilidad y en aquellos que se han sometido a varios tratamientos de reproducción asistida con su pareja y no han logrado un embarazo, existen varios métodos para detectar estas anomalías en el ADN espermático. Esto son “el método túnel, en el que los espermatozoides se exponen a una enzima y aquellos que presentan un ADN fragmentado muestran una coloración diferente en el microscopio; y los test SCSA (Sperm Chromatin Structure Assay) y SCD (Sperm Chromatin Dispersion test) en los que los espermatozoides con ADN intacto producen un halo que corresponde a la cromatina (conjunto de células que constituyen el cromosoma) libre de proteínas mientras que si tienen el ADN fragmentado no producen dicho halo”, explica el Dr. Vicente Badajoz.
Para mejorar la calidad espermática y reducir la posibilidad de sufrir roturas en su ADN se utilizan tratamientos basados en la ingesta de antioxidantes, “muy útiles en aquellos casos en los que el aumento de la fragmentación no es debido a posibles infecciones o a la presencia de varicoceles. Además, se debe evitar en la medida de lo posible dietas alimenticias inadecuadas, contacto con productos tóxicos y, por supuesto, hábitos nocivos como fumar”, señala el Dr. Vicente Badajoz