Edward Lucie-Smith. Movimientos artísticos desde 1945
Pierre Restany. Catálogo de la exposición Superlund. Lund. Suecia. 1967
Con motivo de una reciente visita a Turín tuve la oportunidad de conocer la Galleria Civica d'Arte Moderna e Contemporanea (GAM).
Sin tener apenas referencias de su contenido, he de reconocer que me causó una excelente impresión, sobre todo porque principalmente permite al espectador un viaje por el pasado reciente de las vanguardias europeas.
Es importante resaltar la circunstancia de que es la primera ciudad italiana que ha tenido interés en impulsar una colección pública de arte moderno. El Museo Cívico se creó en 1863, cuando sus colecciones estaban situadas en un edificio de la Mole Antonelliana, donde también se incluían las de arte antiguo. A finales del siglo XIX se reubicaron las obras en un pabellón en Corso Siccardi permaneciendo expuestas hasta 1942, en plena II Guerra Mundial cuando fue destruida durante un bombardeo de los aliados. En el mismo lugar se erigió un nuevo edificio diseñado por los arquitectos Carlo Bassi y Goffredo Boschetti, que se inauguró en 1962. Estuvo largo tiempo cerrado hasta su reapertura en 1993. Tiene unos fondos cifrados en 47.000 obras, entre pinturas, esculturas, dibujos y grabados -que se encuentran ubicados en el sótano del Museo-, fotografías, videos -se conservan 1.300 de ellos, todos relacionados con artistas-, instalaciones y documentos -se guardan 1.300 documentos que hacen referencia a la Historia del Arte desde el siglo IX hasta la actualidad-. De todos modos, solamente se exhiben de manera permanente 700 piezas.
El contenido de la colección está formado principalmente por obras que van desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad, predominando el arte italiano, aunque la presencia de autores extranjeros también es muy notable. Respecto a los artistas italianos del siglo XIX destacan los pintores Giovanni Fattori y Antonio Fontanesi, así como el escultor Medardo Rosso. Del siglo XX, sobresalen los pintores Giorgio Morandi, Filippo De Pisis y el escultor Arturo Martini, entre otros. Respecto al arte contemporáneo, existe un gran número de obras de la mayoría de los movimientos que más han influenciado en la Historia del Arte, como, por ejemplo, el expresionismo abstracto en su versión europea -la del informalismo-, el neodadaísmo, el pop-art y el arte povera. Este último está formado casi en su totalidad por artistas italianos, ya que nació entre Roma y el norte del país a mediados de los sesenta, a través del crítico de arte Germano Celant, quien también fue el que propuso este nombre. Se trataba de crear obras con materiales de deshecho o de origen cotidiano sin apenas valor. Precisamente en 1970 se celebró en el GAM la exposición Conceptual art, arte povera, land art que, junto con la publicación de un volumen sobre el arte povera, posibilitó que esta tendencia adquiriera un gran protagonismo en el panorama vanguardista europeo.
De todos modos, me centraré en las obras correspondientes al siglo XX que llenan las diversas salas de la primera planta, dividida en los siguientes apartados: Arte clásico y moderno, Futurismo, La continuidad de las vanguardias, Arte en Turín de entreguerras, La Escuela de Roma, Artistas abstractos italianos, Abstracción y arte concreto, Una perspectiva internacional, Roma/Turín, De Cobra al situacionismo internacional, El "Museo experimental", El pop-art, así como algunas salas dedicadas exclusivamente a determinados artistas italianos: Felice Casorati, Arturo Martini, Morandi, De Pisis, Alberto Burri y Lucio Fontana.
En el primer apartado, Arte clásico y moderno, vemos algunas piezas de los pintores metafísicos Carlo Carrá, Giorgio de Chirico, Mario Sironi y Alberto Savinio -hermano de De Chirico- y del escultor Marino Marini, interesado en una figuración de estilo arcaico. De todos modos, algunos de ellos también mostraron atención por el Futurismo en algún momento de su vida, sobre todo Carrá, tal y como se puede contemplar en la sala siguiente, dedicada por entero a esta tendencia. Fue fundada por Filippo Tommaso Marinetti en 1909, cuando presentó el Manifiesto Futurista, rechazando todo lo relacionado con el pasado y centrándose solamente en mostrar los avances técnicos, o sea la modernidad. Tuvo muchos seguidores en aquella época, aunque posteriormente algunos de ellos se decantarían por otros movimientos. De hecho, el primer cuarto del siglo XX fue muy prolífico en la aparición de nuevas tendencias, lo que ocasionaba que los artistas sintieran una gran atracción por experimentar con las nuevas propuestas que se presentaban. De todos los artistas presentes en esta sala sobresalen los trabajos de Umberto Boccioni, Gino Severini y Giacomo Balla, donde se puede comprobar realmente la importancia que esta tendencia daba a determinados aspectos del progreso como el movimiento, la velocidad y el dinamismo, acercándose al simultaneismo, o sea "la multiplicación de las posiciones de un mismo cuerpo".
La tercera sección está dedicada a La continuidad de las vanguardias, en que aparecen artistas implicados en diversas tendencias, como el surrealista Max Ernst, el dadaísta Francis Picabia, el precursor de la nueva objetividad, el expresionista alemán Otto Dix y los integrantes de la Bauhaus Paul Klee y László Moholy-Nagy. Todos ellos por sí solos merecerían tener una sala individual, ya que sus obras son fundamentales para entender el arte contemporáneo de principios del siglo pasado. En cuanto a la cuarta galería, se exhiben las creaciones del pintor, escultor y grabador Casorati, del que apenas tenía referencia, pero cuya obra es muy interesante, sobre todo por su manera de representar el simbolismo, con claras alusiones a Gustav Klimt, y la metafísica. Otros creadores italianos ocupan la quinta sala, aunque posiblemente sea el escultor Arturo Martini, el que despierta más atención, ya que su visión del clasicismo y más tarde del modernismo, no dejan de ser atrayentes para el público. Como vemos, los artistas, provengan del lugar que provengan, se adentran en diferentes terrenos creativos, aunque coincidan cronológicamente, incluso en su propio país, lo que demuestra que el mundo del arte siempre ha tenido diferentes sensibilidades. El clasicismo y la vanguardia coexisten con total normalidad no solo en las artes plásticas, sino también en la arquitectura, valgan los ejemplos de dos de los creadores más influyentes en este terreno: Antoni Gaudí y Frank Lloyd Wright que, aun siendo coetáneos, tenían estilos completamente opuestos.
En la sala 6 también se exponen diversas piezas de creadores italianos, entre ellos el pintor y escultor Amedeo Modigliani que, a pesar de su corta vida artística, su obra está considerada como muy original y enigmática, interesándose por el arte primitivo, las máscaras tribales, el arte egipcio y el mundo medieval. La séptima galería se centra en las figuras de dos de los más importantes artistas italianos: Morandi y De Pisis. El primero está considerado como uno de los mejores pintores del siglo XX. Se valora sobre todo su manera de representar los bodegones, dentro de una línea considerada como renovadora, y con la particularidad de no estar inscrito en ninguna tendencia en concreto, aunque en sus inicios se sintió atraído por el futurismo, como tantos otros artistas de la época. En realidad, sus preferencias se inclinaban hacia las naturalezas muertas de Paul Cézanne. En cuanto al poeta i pintor De Pisis, también estuvo integrado en el apartado metafísico.
Las salas 8 y 9 corresponden respectivamente a La escuela de Roma y a Los artistas abstractos italianos. De estos últimos merecen nuestra atención los trabajos del pintor y escultor Fontana, uno de los mejores exponentes del informalismo europeo, dentro de la tendencia gestual, así como del escultor abstracto Fausto Melotti, que señalaba que para llegar al arte se necesita poseer "un conocimiento personal: por tanto, todos nuestros esfuerzos consisten en enseñar el pequeño acto heroico de pensar con nuestro propio cerebro". Sin la aportación de ambos creadores, no se entendería completamente el significado de la abstracción a través del gesto, de la espontaneidad y de la libertad de ejecución, sobre todo en pintura.
La décima galería se dirige a los componentes de , donde también conviven un gran número de creadores italianos, aunque el más interesante es Alberto Magnelli, que se inclinó, como tantos otros, por los postulados futuristas y cubistas, hasta llegar a la abstracción geométrica, apoyándose en la idea de querer mostrar superficies fragmentadas. También está presente el francés de origen ruso Marc Chagall, cuyas obras más conocidas nos trasladan al mundo de los sueños, de las ilusiones y de las fantasías, relacionándolas con temas religiosos, como, por ejemplo, los bíblicos, y los vinculados a su niñez. Suele representar a los personajes que aparecen en sus composiciones flotando o desplazándose en el espacio dentro de un cromatismo exacerbado cercano al fauvismo. Chagall estuvo residiendo en Tossa de Mar, localidad situada en la Costa Brava, durante los años 1933-34, en cuyo museo se conserva una de sus obras más famosas: El violinista célebre.
La sala 11 corresponde a Una perspectiva internacional, en la que aparece un grupo numeroso de artistas, entre los cuales se encuentran Pablo Picasso y Eduardo Chillida, junto a otros ejemplos del informalismo europeo como los pintores Hans Hartung, Jean Fautrier, Pierre Soulages y Mark Tobey, así como el escultor Lynn Chadwick y el dadaísta Hans Jean Arp. También está presente en este apartado el pintor francés Gustave Courbet, lo que resulta paradójico, ya que cronológicamente no debería estar en esta sala, aun siendo un artista innovador del realismo, ya que mostraba lo tangible y natural desde una perspectiva artificial, o lo que es lo mismo, desde un evidente naturalismo.
En el apartado 12 se exhiben una serie de trabajos de artistas relacionados con el informalismo matérico, caso de Alberto Burri y Antoni Tàpies, así como también del espacialista Fontana. Todos ellos merecerían ocupar un espacio preferente, aunque de Fontana se exponen diversas obras, entre ellas algunas que ocupan la sección del Pop-art, lo que demuestra el interés que despierta el pintor y escultor italiano, famoso por sus cortes y agujeros en la tela. Precisamente en 1946 se dio a conocer por su Manifiesto Blanco, en el que comentaba que "La materia, el color y el sonido en movimiento son los fenómenos cuyo desarrollo simultáneo integra el nuevo arte". En la sala 14, se exponen algunas piezas del Grupo Cobra, cuyas iniciales significan COpenhague, BRuselas y Amsterdam. Se forjó a finales de los cincuenta del siglo pasado como réplica al realismo socialista y a la Escuela de París donde predominaba el expresionismo, tanto el abstracto como el figurativo. La mayoría de las obras del Grupo tienen como protagonistas el color y la materia, tal como observamos en las pinturas del danés Asger Jorn, de los holandeses Karel Appel y Constant Nieuwenhuys, y también de los belgas Pierre Alechinsky y Guillaume Cornelis van Beverloo.
La sección 15, dedicada al Museo experimental, vemos que está enfocada totalmente a los artistas italianos, entre ellos Emilio Vedova, uno de los principales exponentes de la pintura abstracta dentro de la tendencia gestual, así como de los precursores del arte conceptual y arte povera, Piero Manzoni y Jannis Kounellis, respectivamente. Manzoni murió a la temprana edad de 30 años, pero a pesar de su corta trayectoria creativa tuvo mucho éxito, sobre todo por la novedad de sus obras conceptuales, como es el caso de exponer una serie de globos hinchados con su propio aire, que se vendieron rápidamente, o su obra más conocida: una serie de 90 latas que llevaban impreso el título "mierda de artista" y cuyo contenido eran sus propios excrementos, encontrándose algunas de ellas expuestas en los más importantes museos de arte contemporáneo. En el año 2007 se subastó una por un valor aproximado de 100.000 €. Respecto al artista de origen griego Kounnellis, tuve la oportunidad de ver en directo su trabajo hace treinta años, con motivo de una exposición celebrada en la Fundación Espai Poblenou de Barcelona. En algunas de sus instalaciones más célebres y controvertidas, aparecen animales vivos, como por ejemplo caballos, aunque también animales muertos -grandes pedazos de carne vacuna-, que en el transcurso de la propia exposición se iban sustituyendo por otros para evitar su descomposición.
Finalmente, en las salas 16 y 17 aparecen algunos de los componentes más importantes del Pop-art , como los pintores y grabadores estadounidenses Roy Lichtenstein, Mel Ramos y Andy Warhol, y la escultora Louise Nevelson; los italianos Giulio Paolini, Fontana y Valerio Adami. En este apartado también están incluidos dos de los máximos representantes del Nouveau Réalisme, los franceses Yves Klein y (Armand Pierre Fernández), la escultora norteamericana Beverly Pepper, integrada dentro de la tendencia del land- art, cuyas obras se ubican en espacios públicos, como jardines y parques, como la que se encuentra instalada en el Parc del Nord de Barcelona. De todos modos, es extraño que se incluya en esta sección al italiano Michelangelo Pistoletto, considerado como uno de los precursores del arte povera. En cuanto a Klein, se expone una pieza tridimensional en la que se aprecia una figura masculina pintada completamente en azul intenso. De él se recuerdan sus famosas intervenciones a modo de performances que congregaban a un grupo reducido de invitados, aunque en alguna ocasión llegaron a ser un centenar, donde aparecían mujeres jóvenes desnudas embadurnadas de pintura que, siguiendo los compases de la Sinfonía monótona, compuesta por el propio Klein, tocada por una veintena de músicos y que sólo tenía una única nota sostenida durante 10 minutos y luego otros diez minutos de silencio, las modelos se iban lanzando encima de la tela que estaba en el suelo, como una especie de pinceles vivientes, siendo el resultado final las Cosmogonías. Para Klein, "Lo esencial en pintura es ese algo, esa "goma etérea", ese producto intermediario que el artista secreta, con toda su esencia creadora, y que sólo él tiene el poder de encajar, de incrustar de infiltrar en la materia pictórica del cuadro". De Ramos hay una pieza que demuestra su interés por la publicidad, sobre todo cuando representa a mujeres semidesnudas anunciando algún producto de consumo, como es un dentífrico. En cambio, Lichtenstein se basa en la idea de mostrar el mundo de los cómics, gracias a una técnica muy peculiar que consistía en ampliar las figuras de los personajes que aparecen, además de ir reproduciendo los diminutos puntos que se emplean en la impresión. De Arman hay una pieza colgada en la pared de una de sus compresiones y acumulaciones más célebres. Sus trabajos consisten en agrupar objetos del mismo tipo y comprimirlos, que tanto pueden ser coches provenientes de un desguace hasta latas de cerveza o relojes.
Al margen de la exposición permanente también se exhibe la muestra Pintura, espacio, escultura. Obras de artistas italianos entre los años 60 y 70, en los que predominan los trabajos de los artistas povera: Luciano Fabbro, Giovanni Anselmo, Mario y Marisa Merz, Giulio Paolini, Alighiero Boetti y Pier Paolo Calzolari, entre otros.