De pequeña me maravillaba leer e intentaba escribir historias de ficción. No era extraño verme en algún sofá o rincón de casa sumergida en la lectura primero de cuentos, luego de libros de aventuras de “Los Siete Secretos” o de “Los Cinco”. El nombre impronunciable para mi entonces, de la escritora y los atardeceres cuajados[.....]