El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) español anda estos días investigando casi de tapadillo si la central de Garoña, la más vieja de España y una de las más anticuadas de Europa, está ya en estado terminal o solo tiene los achaques propios de la edad. Resulta que una hermana suya belga llamada Doel 3 presenta fallos en la vasija del reactor. Dice la web del diario El País que "Durante una parada por recarga, Bélgica había detectado defectos en la vasija que podrían provenir del proceso de fabricación”, y que el organismo belga responsable "mandó parar indefinidamente la central y advirtió de que previsiblemente ocurriría lo mismo en otros lugares del mundo. La vasija es un elemento clave de la planta, porque en su interior se produce la reacción nuclear".
Ocurre que el CSN de España es desde su constitución no un organismo independiente sino un verdadero correveidile de los intereses nucleares, incluidos naturalmente los de los propietarios de las centrales españoles en régimen de oligopolio, las compañías eléctricas. Por tanto no confíen en que al final se obtengan grandes resultados del proceso de investigación abierto; más bien el CSN intentará enterrar el asunto del modo más disimulado posible, si es que antes Garoña no nos entierra a todos.
La Central nuclear de Garoña fue construida en 1970. Fue un encargo del Gobierno de Franco a la empresa estadounidense General Electric, entonces la reina mundial en el levantamiento de esta clase de monumentos a la insensatez y la avaricia humanas: obviamente el Régimen franquista no podía ser menos, debía tener centrales nucleares para poder dárselas de "moderno" y además hacer buenos negocios gracias a ellas. Sucede que Garoña al igual que su hermana y predecesora, la ya clausurada central de Zorita, fueron levantadas y puestas en marcha con tecnología y materiales totalmente obsoletos, desechos provenientes de la llamada "primera generación" de centrales atómicas norteamericanas, correspondiente a los años cincuenta y primeros sesenta.
Y es que además del aspecto propagandístico -la España cutre de Franco también quería tener centrales atómicas-,el negocio de las nucleares era tan bestial e impune que la caterva de bandidos que rodeaban a Franco y él mismo no podían renunciar a hincarle el diente. Por ahí anduvieron entonces los amos de Unión Fenosa y otros ex combatientes financiadores de Franco durente la Guerra de España, y desde luego el almirante Carrero Blanco, hombre de confianza de Franco y comisionista exclusivo de todo el cemento que se usaba en España. Con semejantes antecedentes no es de extrañar por tanto que desde finales de los años ochenta no haya pasado año sin que Garoña haya dado al menos un susto (en los años anteriores, simplemente no se informaba de lo que pasaba dentro). Oficialmente debía haber sido cerrada en 2009, pero el Gobierno Zapatero, en otra de sus famosas bajadas de pantalones frente a los oligopolios, aplazó la fecha hasta 2013.Al Partido Popular le faltó tiempo para en boca de su entonces candidato Mariano Rajoy, proclamar que la energía nuclear es "la más barata, limpia y segura", y anunciar que cuando gobernara prolongaría la vida de Garoña hasta 2019, lo que se propone cumplir en el mes de septiembre próximo mediante el decreto correspondiente. Que no solo de Gürtel viven las finanzas del PP, y las compañías eléctricas son generosas en las "donaciones" a determinados partidos como nadie.
En resumidas cuentas, una central nuclear que ya era una verdadera escoria desde el punto de vista estrictamente tecnológico el día en que se inauguró con toda pompa, cuando se cierre habrá estado en funcionamiento ininterrumpido durante cincuenta años. Fíjense que ahora nos enteramos de que la vasija de la central tiene "defectos de fabricación" (¡descubiertos en Bélgica, 42 años después de su puesta en funcionamiento!). ¿De qué otras cosas nos iremos enterando en los próximos años?.