Suelos de baldosas hidráulicas o de madera envejecida y ladrillos y tuberías a la vista forman el esqueleto. Completan la escenografía sillas de estilos variados, muebles comprados en un rastrillo, alguna lámpara o silloncito vintage de aires escandinavos… Últimamente parece que los restaurantes hipster beben de una única fuente estética, continuamente imitada o reinterpretada, y proliferan como setas. Las grandes urbes aglutinan la mayoría de aperturas y su clientela apenas tiene tiempo de estar al día. “Barcelona y Madrid son las ciudades donde se gestan las novedades en restauración y gastronomía en España. O bien se originan en esas mismas ciudades, o bien se importan de otras como Londres o Nueva York”, explica Miquel Angel Vaquer, director de Food Manners, una oficina de creatividad estratégica especializada en el sector de la industria de la alimentación y la gastronomía. “Si algún concepto de restauración o producto gastronómico no tiene visibilidad en Madrid o en Barcelona, definitivamente no está de moda en el país. Si emerge en Madrid o Barcelona es bien probable que se acabe repitiendo en otras ciudades de España”. Juanjo Gaspar y Antonio García, de Lostium (que desarrollan aplicaciones gastro como las Guías Punto o la de los Mercados de Madrid), coinciden: “La globalización e Ikea han tenido mucho que ver en esto, y como consecuencia, el último garito de moda que abre hoy en Brooklyn tiene su réplica exacta en Malasaña un mes más tarde. Y al siguiente, en Ponferrada”.Los McDonald’s de la era ‘hipster’ ofrecen comida rápida pero elaborada con un envoltorio estético muy trabajadoUn contexto de crisis en la que buscar experiencias gastronómicas asequibles, Internet y una nueva generación de clientes han ayudado a este boom de restaurantes de decoración cuidada a precios contenidos. “La gastronomía está de moda entre los jóvenes, es popular, pero también refleja una aspiración y un hedonismo que está bien visto y que nos hace quedar bien cuando se propagan estas experiencias a través de las redes sociales”, dice Vaquer. “Este tipo de restaurantes son los nuevos fast food 3.0, los McDonald’s de la erahipster, que ofrecen comida rápida y elaborada con un envoltorio estético muy trabajado”, dice David Moralejo, redactor jefe de la nueva revista gastronómica Tapas.Estos establecimientos comparten estética y, en muchos casos, los mismos platos. ¿Por qué? “Hay una industria de la quinta gama detrás [platos cocinados y envasados en una cocina central], aunque el nivel es bueno”, reconoce Moralejo. “La copia y la tendencia van de la mano porque son efectivas a corto plazo, el problema radica cuando este tipo de restaurantes quieren perdurar… La quinta gama les ayuda a abaratar en costes de personal y crea un nuevo tipo de cocinero: los cortadores de bolsas al vacío”, advierte Enrique Valentí, chef dedicado a la gestión y conceptualización de espacios para la restauración.
Suelos de baldosas hidráulicas o de madera envejecida y ladrillos y tuberías a la vista forman el esqueleto. Completan la escenografía sillas de estilos variados, muebles comprados en un rastrillo, alguna lámpara o silloncito vintage de aires escandinavos… Últimamente parece que los restaurantes hipster beben de una única fuente estética, continuamente imitada o reinterpretada, y proliferan como setas. Las grandes urbes aglutinan la mayoría de aperturas y su clientela apenas tiene tiempo de estar al día. “Barcelona y Madrid son las ciudades donde se gestan las novedades en restauración y gastronomía en España. O bien se originan en esas mismas ciudades, o bien se importan de otras como Londres o Nueva York”, explica Miquel Angel Vaquer, director de Food Manners, una oficina de creatividad estratégica especializada en el sector de la industria de la alimentación y la gastronomía. “Si algún concepto de restauración o producto gastronómico no tiene visibilidad en Madrid o en Barcelona, definitivamente no está de moda en el país. Si emerge en Madrid o Barcelona es bien probable que se acabe repitiendo en otras ciudades de España”. Juanjo Gaspar y Antonio García, de Lostium (que desarrollan aplicaciones gastro como las Guías Punto o la de los Mercados de Madrid), coinciden: “La globalización e Ikea han tenido mucho que ver en esto, y como consecuencia, el último garito de moda que abre hoy en Brooklyn tiene su réplica exacta en Malasaña un mes más tarde. Y al siguiente, en Ponferrada”.Los McDonald’s de la era ‘hipster’ ofrecen comida rápida pero elaborada con un envoltorio estético muy trabajadoUn contexto de crisis en la que buscar experiencias gastronómicas asequibles, Internet y una nueva generación de clientes han ayudado a este boom de restaurantes de decoración cuidada a precios contenidos. “La gastronomía está de moda entre los jóvenes, es popular, pero también refleja una aspiración y un hedonismo que está bien visto y que nos hace quedar bien cuando se propagan estas experiencias a través de las redes sociales”, dice Vaquer. “Este tipo de restaurantes son los nuevos fast food 3.0, los McDonald’s de la erahipster, que ofrecen comida rápida y elaborada con un envoltorio estético muy trabajado”, dice David Moralejo, redactor jefe de la nueva revista gastronómica Tapas.Estos establecimientos comparten estética y, en muchos casos, los mismos platos. ¿Por qué? “Hay una industria de la quinta gama detrás [platos cocinados y envasados en una cocina central], aunque el nivel es bueno”, reconoce Moralejo. “La copia y la tendencia van de la mano porque son efectivas a corto plazo, el problema radica cuando este tipo de restaurantes quieren perdurar… La quinta gama les ayuda a abaratar en costes de personal y crea un nuevo tipo de cocinero: los cortadores de bolsas al vacío”, advierte Enrique Valentí, chef dedicado a la gestión y conceptualización de espacios para la restauración.