Siempre que estoy en el supermercado pienso que muchos de los alimentos que se ofrecen, se pueden elaborar en casa, con un mínimo esfuerzo y sin invertir mucho tiempo, ya que la vida que llevamos no nos permite derrochar ni un minuto, además de lo que supondría en cuanto a salud, ausencia de conservantes, colorantes E1, E2, E3, .....En fin, y en el aspecto ecológico, el ahorro energético en cuanto a procesos industriales de empaquetado, combustible en transporte, y demás gestiones que el producto requiere hasta que aparece en el lineal y de ahí salta al carro.
Bárbara Kingsolver, es una escritora y bióloga americana (su libro "Animal, vegetal, milagro" merece la pena) que ha estudiado todo este proceso, hasta llegar a la conclusíón de que, cultivando en una maceta una planta de tomate, de la que obtuviéramos tan sólo media docena, supondría un ahorro tal de energía, combustible etc etc, que expresados en números dan ganas de salir corriendo a por la maceta, la tierra, y el sobre de semillas.
Viviendo en una gran ciudad el acceso a un huerto es una fantasía, pero lo de la maceta, a lo mejor hay que pensarlo un poco. En cualquier caso, muchos de los alimentos que compramos podrían ser elaborados en casa por nosotros sin complicarnos apenas, y sin mucho gasto de tiempo.
Todos ellos son los que yo habitualmente preparo en casa, y doy fe de que merece la pena probarlo.