"Se trata de un trabajo que nos permite obtener la quintaesencia de nuestros terruños y buscar la elegancia y la frescura en nuestros vinos. El objetivo es la preservación del equilibrio natural y mantener la libertad en nuestras elecciones. Somos y seguiremos siendo campesinos". Podría sonar a palabrería hueca, a marketing convencional en tiempos y para personas que buscan declaraciones y productos como éste. Pero yo conozco a Lionel Gauby. Ha heredado el conocimiento de su padre y ha desarrollado una sensibilidad especial, única, hacia ese paisaje casi virgen, árido, ordenado en suaves ondulaciones llenas de robledos y bosque bajo, en suelos calcáreos, de margas y de esquistos pizarrosos que poseen una complejidad aromática arrolladora.
Este Calcinaires Rouge 2011 (13%, como para meditar sobre el cultivo en el campo de Lionel) es un Côtes du Roussillon Villages hecho de viñedos jóvenes, con un promedio de unos 15 años de edad. 15% garnacha tinta, 25% monastrell, 10% cariñena, 50% syrah. Despalillado al 100%, ha fermentado y macerado tal y como vino al mundo: con lo que lleva del viñedo, con sus levaduras, sin enzimas, sin acidificaciones, tal cual. Se ha criado durante diez meses en barricas usadas (20%) y en cuvas de acero (80%) y no ha sido colado ni filtrado. 5000 botellas de las que compraría todo lo que pudiera (sobre los 14€, en Cuvée 3000). Es un vino con luz, brillante, de intenso color púrpura. Empieza con algo de reducción en nariz y unos aromas de campo que tumban. Muy agradable, su boca te rinde sin más: todavía con algo de carbónico, es amable, fresca, tersa y redonda. Se trata de un gran vino para comer: acompaña, complementa, jamás tapa. Es un vino auténtico, con un punto salvaje casi, sabe a zarzamora, a ciprés, a cuero. Retiene aromas secundarios de la fermentación, hollejos y mosto en transformación. Un vino fresco, dicharachero y de Calce. Menudo lugar, qué gente...