Gazpacho de sandia

Por Carmenrosa @MicocinaCR


El blog no sólo me está sirviendo para compartir con aquellas personas que visitan virtualmente “Mi cocina”, los platos, las recetas que preparo, disfrutando de la pasión por la gastronomía; me sirve también para poder realizar algo que desde pequeña siempre me gustó hacer: escribir y para escribir en muchísimas ocasiones, he de documentarme, buscar en diferentes medios (libros, internet, etc….) información y datos de cualquier tema que quiera tratar.   Por lo tanto, me ayuda a aprender cada día un poco más, es un esfuerzo que me gusta, que me anima y me enriquece……..aunque algunas veces, me desanime el hecho de pensar que igual quienes entran por éstos fogones, me tachen de pesada y lleguen a pensar que hay demasiada “palabrería” para una simple y sencilla receta.
Espero que sí es así, sepan disculparme o salten directamente mis, en muchas ocasiones, personales preludios…..ya que “Mi cocina” ya no sería la misma, mis platos no estarían completos y no me sabría igual…….en ésta ocasión, gracias a ése afán por aprender algo más de gastronomía, me he atrevido a hacer un gazpacho de sandía y he podido descubrir que……..
Hay constancia fehaciente de que hace unos 5000 años ya la cultivaban en Egipto a lo largo de todos los márgenes del rio Nilo.  Fue en el siglo X cuando se introduce en China, uno de los principales consumidores, aún hoy en día resulta una costumbre social regalar sandías en actos y momentos importantes.   
Los árabes también eran grandes consumidores, siendo una fruta altamente apreciada por su sabor y facilidad de transportar por los largos viajes a través de desiertos, calmando con ella la sed.   Desde Egipto, ascendiendo el Nilo, llegó hasta el Mar Mediterráneo, así llegaría a nuestras costas españolas.  
El nombre de sandía tiene su origen del árabe hispánico “sandiya”.   En Murcia se le llama “melón de agua”.   Esta ¿fruta? que proviene de la misma familia del pepino y la calabaza (se debate sobre si es un vegetal), de gran tamaño, con un interior rojo y jugoso, de corteza dura, de color verde oscuro o verde con rayas claras, es propia de éstas fechas veraniegas.
De siempre he escuchado que la pulpa cuanto más roja, más dulce y jugosa será; para reconocer su calidad, hay que comprobar que sea firme y simétrica, sin golpes, ni cortes; debe ser pesada y en algún lugar debe tener un punto o marca de color amarillento o “punto de apoyo”, ya que es sobre donde la sandía maduró al sol.   Su “punto” de maduración se comprueba golpeando la superficie con los nudillos, que deberá producir un sonido hueco.  
Así que les animo, a dar unos toques a una rica y jugosa sandía, que tenga buen sonido, un bonito color y dulzor, la partan y se la añadan al clásico gazpacho andaluz.
¿Cómo lo preparé?
En el vaso de la batidora poner un trozo pequeño de pepino pelado, medio tomate maduro sin piel ni semillas, un trocito de pimiento verde, un trozo pequeño de cebolla blanca (dulce), un diente pequeño de ajo retirándole la parte central, un trozo de pan, un trozo de sandía (retirándoles lógicamente la cáscara y las semillas), un chorreoncito de vinagre de vino, sal al gusto y un chorreón de aceite de oliva virgen extra (he usado malagueño, en ésta ocasión de Antequera) y batirlo hasta que quede cremoso, sin grumos.
Aunque lo he presentado en plato el resultado por la poca cantidad de pan que puse, en un principio fue más bien liquido, ideal para beber….de hecho, para ello no hay que añadirle agua siquiera (no hay que olvidar que la sandía es agua en un 93%)…..solamente al servirlo, puse un cubito de hielo para que estuviese bien frio…
Para comer con cuchara, sólo hay que añadir más cantidad de pan…..   
La mezcla del dulzor de la sandía con el resto de los ingredientes del gazpacho es realmente sorprendente.
¡¡Disfrútenlo!!