Enviado por Wendy Bernal
En un nuevo paso por un sendero que no mucho tiempo atrás era exclusivo de la ciencia-ficción, unos científicos han desarrollado un método novedoso con el que pueden generar células madre cerebrales e intestinales derivadas de personas que murieron hace décadas, usando ADN procedente de muestras de sangre almacenadas.
El propósito de esta práctica, que podría parecer un tanto lúgubre e inquietante, es disponer de células idóneas para hacer pruebas, en una placa de Petri, de nuevas terapias potenciales para enfermedades graves y hasta mortales.Las repercusiones científicas potenciales de esta estrategia de investigación son de gran calado. La estrategia podría dar lugar a nuevas terapias para personas que sufren de enfermedades severas que afectan a neuronas motoras o a los intestinos y que acabaron matando a los pacientes cuyas muestras de sangre, autorizadas por ellos mismos en vida, son la base de la actual línea de investigación descrita.
Este método permite a los científicos encontrar vínculos delatadores entre los síntomas del paciente fallecido, la información genética contenida en su ADN y el comportamiento de sus células madre en el laboratorio. Esto, a su vez, permite a los investigadores estudiar los mecanismos biológicos que se hallan detrás de diversas enfermedades, y diseñar potencialmente nuevas terapias.