Hoy Joaquín Torres te recomienda la ópera prima de Robert Redford como director, la película “Gente Corriente”,estrenada en 1980. Los Jarretts son una acomodada familia burguesa típicamente americana. El padre, interpretado por Donald Sutherland, tiene una vida tranquila, un trabajo y un buen sueldo. Su esposa se encarga de las labores del hogar y su hijo (Timothy Hutton) es un atractivo joven con un brillante futuro por delante.
Pero detrás de esta fachada de aparente normalidad se esconde un drama espeluznante; el hijo mayor de la familia murió en un accidente, lo que provoca que el personaje adolescente de Hutton sufra una crisis depresiva motivada por el sentimiento de culpa que le provoca el desgraciado accidente familiar. Así, intenta suicidarse, y acaba internado durante un tiempo en un centro psiquiátrico. La película narra la vuelta a casa del joven y las relaciones que se van desarrollando entre éste y sus padres, entre la tensión de una relación deteriorada con su madre, que inconscientemente le culpa de la muerte de su primogénito, y la alegría impostada de su padre, como actitud vital ante el suceso acaecido. Redford centra su atención especialmente en el acercamiento al personaje adolescente, en su desgarrador sentimiento de culpa y en las relaciones que éste va entablando al intentar rehacer su vida tras su intento de suicidio. De esta forma, consigue un drama elegantemente contado, con una puesta en escena sincera que nos habla de cómo la tragedia se instala en las vidas de una familia normal y corriente. El film, trazado con una sensibilidad impropia de un director novel como Redford, ahonda en ese drama humano que navega en los turbulentos mares de la culpa, la depresión y el suicidio, problemas que no son ajenos muchas veces a ninguno de nosotros mismos.
La película obtuvo cuatro Oscar, incluyendo mejor dirección y película para Redford y mejor actor de reparto para Hutton, que en su momento se convirtió en el intérprete más joven de la historia del galardón en conseguirlo. Desde el punto de vista de la industria, Robert Redford no podía haber entrado con mejor pie en los siempre difíciles inicios de la puesta en escena cinematográfica, consiguiendo unánimes elogios de crítica y público.
“Conflictos de relación familiar contados de una manera magistral” ha afirmado respecto al film Joaquín Torres, director de A-cero.