Mapa político de Australia mostrando la división en estados y territorios, las ciudades más importantes, y las carreteras principales. Tomado de Geology.com.
Pero las distancias entre Sydney y el resto de las capitales de estado o territorio son enormes: unos 1060 km a Hobart (capital de Tasmania, que es una gran isla separada del continente), 1170 km a Adelaida (capital de Australia del Sur), 3150 km a Darwin (en la costa norte, es la capital del Territorio del Norte) y 3310 km a Perth (en la costa oeste, es la capital del estado de Australia Occidental). Vamos, que aunque en los mapas y en nuestra mente Australia no nos puede parecer muy grande, en realidad lo es: toda Europa cabría dentro de Australia. Aquí tenéis un curioso mapa comparando el tamaño de Australia con otras regiones del mundo.
¿Y a qué viene hoy la lección de geografía? Con todas las cosas que suceden en este país, es curioso que en la televisión española sólo aparezca Australia en dos ocasiones generales: Año nuevo y cuando suceden desastres naturales. Fuegos e inundaciones sobre todo, los primeros porque Australia está hecha para arder (es la forma que tiene de regenerar suelo) y los segundos porque suele llover mucho en la zona de los trópicos, que es donde Queensland se encuentra. Lo que estos días está sucediendo en Brisbane y al sur de Queensland (tenéis enlaces a las noticias que hoy dan Sydney Morning Herald (inglés), El Mundo y El País), las grandes inundaciones que se están llevando literalmente casas y puentes, es un desastre nacional que no se repetía desde 1974. Pero esto no está afectando a Sydney (sí al norte del estado de Nueva Gales del Sur), al igual que los terribles incendios de 2009 en Victoria tampoco lo hicieron.
A donde quiero ir es que me ha llegado algún mail privado preguntándome si he tenido que desalojar la casa por el agua o si he tenido que usar mi kayak para ir al trabajo. Para tranquilidad de todos apuntaré que anoche, después de mi sesión de gimnasio, cené en un restaurante japonés en el centro de la ciudad y terminé jugando a los bolos (¡qué desastre que soy!). Pero el tiempo meteorológico, aunque algo ventoso, estuvo estupendo anoche. Sí es verdad que llevamos una semana larga donde la tónica dominante es la lluvia y las nubes, pero ése es el clima de Sydney a mitad del verano austral. Los mejores momentos para tomar el sol son por la mañana, por la tarde... llueve y a veces tormentas. ¿Puede ocurrir en Sydney lo que está pasando en Brisbane? Supongo que sí, pero sería algo muy muy raro.
Comentaba anoche con mis amigos que quizás lo que llama la atención a nivel internacional es que estas cosas ocurran en un pais tan seguro y civilizado como Australia. A pesar de los pesares, y aunque se estén perdiendo miles de millones de dólares en daños materiales, pocas personas han muerto en estas trágicas riadas, apenas una veintena, pero siguen habiendo desaparecidos. Sin menospreciar la tragedia ni la gravedad de lo que se vive en Brisbane (algunos casos, como el chaval de trece años que se ahogó al insistir que primero salvaran a su hermano de 10 años, son especialmente tristes), no es lo mismo esto que pasa ahora en Brasil, por ejemplo, donde leo que van por más de dos centenares de muertos, o cuando ocurren estas cosas en otros países aún menos favorecidos. Pero, obviamente, para la comodidad de los australianos esto es un gran desastre, han habido cientos de miles de personas afectadas, muchísimos desalojados, y no hay momento en la radio y televisión que dejen de hablar de ello, habíendose iniciado muchas campañas para recaudar dinero a favor de los damnificados.
Yo, por otra parte, sí tengo que echarle un ojeo al estado del tiempo y de las carreteras en la zona del interferómetro ATCA en Narrabri, 520 km al NO de Sydney, y donde mañana voy, siguiendo la tradición, a ayudar a los estudiantes de verano del ATNF. Me han dicho que ha llovido mucho, pero que el acceso está abierto y sin mayores problemas. Aún así, para tranquilidad de todos (y todas), avisaré por aquí cuando llegue.