"Lirio Blanco nº 7", 1957
Su obra
A pesar de los avances del movimiento feminista en el siglo XX y de la lucha por los derechos de la mujer, la obra de Georgia O’Keef permaneció durante mucho tiempo a la sombra de la de su marido, el fotógrafo Alfred Stieglitz.
En 1913 tuvo lugar el famoso "Armory Show", exposición internacional celebrada en Nueva York, cuando los artistas de Estados Unidos se pusieron al corriente de los estilos vanguardistas europeos. Los artistas más destacados de ese periodo fueron Marsden Hartley, Joseph Stella, Arthur Dove, Georgia O'Keeffe y Stuart Davis.
"Iris luz", 1924
Alguno de sus trabajos caen en manos de Alfred Stieglitz quien impresionado por ellos los describe como “los más puros, bellos y sinceros trabajos que han llegado a la “291”, desde hace tiempo.
"Light Iris", 1924
"La mayor parte de la gente en la ciudad corre tanto, que no tiene tiempo de mirar las flores. Quiero que las miren, lo quieran o no. (…)Voy a pintar lo que veo, lo que significa la flor para mi. Pero voy a pintarla grande para persuadir a la gente de que se tome el tiempo necesario para contemplarla. Conseguiré incluso que lo hagan los atareados neoyorquinos." Georgia O´Keeffe
Entre sus cuadros predominan los de plantas y flores que la artista representa de un modo muy personal, alejado de las imágenes convencionales. Georgia O'Keef muestra el interior de las flores y lo refleja hasta en los mínimos detalles mediante ampliaciones. Son obras, en ocasionescasi abstractas, de gran elegancia y vitalidad, cuyas formas muestran una sensualidad encubierta. Iris, calas y arceas, petunias, amapolas, aves del paraíso, orquídeas, camelias, flor del plátano, de la piña...
"Iris II", 1936
“Los primeros planos de flores que O’Keef introduce en la pintura se oponen a la totalidad de la tradición anterior de los cuadros de flores. La mirada que dirige a la flor desde la máxima cercanía, semejante a la perspectiva de una mariposa o una abeja, se puede comparar con los primeros planos fotográficos.(…) La belleza de las flores de O’Keef puede interpretarse como expresión de la fuerte relación de la pintora con el mundo vegetal. (…) La insistencia sobre la forma individual, su interés por la flor única, centrada, ampliada en una escala desmesurada corresponden a una visión romántica exaltada, que otorga a la flor categoría humana.” BRITTA BENKE: “O’Keef”. Taschen