Germano Zullo es autor. Albertine es ilustradora. A su vez, son marido y mujer. Y esta complementariedad personal se ve tan bien reflejada en sus libros ilustrados que para mi son auténticas obras de arte. Sus creaciones, que abordan desde un día en la playa hasta la construcción de un rascacielos pasando por los ratos sinsentido que pasamos delante de la televisión o el vuelo de los pájaros, son auténticos catálogos de sensaciones y crecimientos que de una u otra manera las personas abordamos, sufrimos, y superamos.
En esta interesante entrevista recogida en Picturebook Makers, Germano afirma que desde que él y Albertine se conocieron en 1992 han intentado plasmar en todo lo que hacen el diálogo. Y tienen razón, estamos tan consumidos por el ego y los monólogos que nos rodean que una apuesta por el diálogo es también un alegato a la imaginación, a la conversación que mantienen el texto y la imagen en un libro; el autor y la ilustradora que lo idean, y el lector y la obra que la disfruta y la recrea al leerla.
Os recomiendo encarecidamente que los localicéis en alguna librería o biblioteca y que dialoguéis con lo que os quieren contar. Además, ejemplificando a la perfección el papel que la tecnología tiene actualmente en nuestras vidas- un recurso complementario- podéis disfrutar de dos de sus obras: Los pájaros y Rascacielos, ambas editadas por Libros del Zorro Rojo, en formato digital a través de Vimeo y Youtube.
La historia que no vais a poder encontrar, y es una pena, es “Mi pequeño”, en versión original ” Mon tout petit”, una obra maestra que encantará a pequeños y mayores por su delicadez, la sencillez del trazo y los sentimientos desbordantes que despierta su manera de explicar el proceso del crecimiento, del amor, de la vida, de lo que el lector que la disfruta quiera dialogar con ella. Una auténtica delicia de la que , al menos, podemos disfrutar un pedacito gracias a esta sencilla animación:
Gracias, Germano Zullo y Albertine.