Gestiona mejor tu vida: autocontrol

Por Elgachupas

Foto por Mozo Man (via Flickr)

(Este artículo forma parte de la serie Gestiona mejor tu vida. No te pierdas el resto.)

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Si bien en algunas personas la dispersión es más acusada que en otras, todos la sufrimos en mayor o menor medida. Y según Berto, casi siempre tiene su origen en uno de cinco enemigos principales. Luchar contra ellos y derrotarlos es el principal objetivo del autocontrol, desarrollando la capacidad y el hábito de reclamar los principios productivos que ya hemos visto en los artículos anteriores de la serie.

Veamos en qué consisten estos cinco enemigos de la dispersión, y cómo podemos atacarlos de forma efectiva:

Enemigo #1. Procrastinación. Definida como el arte de retrasar una y otra vez las cosas que sabemos que tendríamos que estar haciendo, ya sea por pereza, temor, indecision, falta de energía, mala organización, etc. Para superarla, Berto propone 10 claves:

1. Valorar y darle un sentido a la tarea, que quieres terminar no porque sí, sino porque es importante.

2. Dividir la tarea en subtareas más pequeñas todo lo que sea necesario.

3. Aprovechar las horas de mayor rendimiento y frescura para afrontarla con más éxito.

4. Pensar en quien saldrá perjudicado si no hacemos lo que tenemos que hacer.

5. Practicar la regla de “hazlo ahora”; literalmente, pegarte un grito a ti mismo para reaccionar y ponerte en marcha.

6. Aplicar la regla del momento de oro, aprovechando huecos para avanzar en las tareas procrastinadas.

7. Contectar la tarea con los objetivos personales y profesionales para motivarte.

8. Enfrentarse a la procrastinación que proviene del temor, pensando en los beneficios si lo superamos.

9. Fijarse y perseguir cada día objetivos nítidos.

10. Dar el primer paso; después todo fluye con mucha más facilidad.

Enemigo #2. Imprevistos. Son inevitables, forman parte del día a día, así que lo primero que tenemos que hacer es aceptarlos. Si llega un imprevisto, analiza la tarea unos instantes, evalúa lo que necesitarás para realizarla y, si es necesario, simplemete hazla. Nunca intentes hacer varias cosas al mismo tiempo, y no te lamentes si tu plan del día se ve afectado. Piensa si realmente es tan grave tener que dejar de hacer algunas de las cosas que tenías previsto. Sé flexible para adaptarte a las nuevas circunstancias.

Enemigo #3. Decir sí a todo. Antes de decir sí a algo, detén tu impulso y piensa en qué medida afectará el nuevo compromiso sobre tu lista de salida. Valora si la nueva tarea entra en conflicto con tus objetivos o si causará algún retraso en otras tareas importantes. Si finalmente tu respuesta es “no”, al menos de momento, no dudes en pronunciarla –mejor eso que lamentarte después. Si quien te pide que hagas el nuevo trabajo es un superior, trata de hacerle ver lo contraproducente que sería para tu trabajo aceptar la nueva tarea.

Enemigo #4. Estrés. En primer lugar, descansa y durme adecuadamente. Desde luego, nunca lleves el teléfono móvil ni el ordenador a la cama; la cama es para descansar. Utiliza el enfoque de mañana para estar preparado y reducir el agobio del trabajo que está por llegar. Si a pesar de todo el estrés te gana, detente; cierra los ojos, respira hondo y tómate un respiro durante unos minutos. De hecho, es recomendable hacer descansos frecuentes entre bloques de trabajo, incluso si no estás estresado, para evitar que aparezca el estrés. En general, siempre busca relajarte, divertirte y reir.

Enemigo #5. Desmotivación. Cuida el inicio del día. Procura no levantarte tarde, desayunar de forma equilibrada, empezar con una tarea importante… Destierra pensamientos como “no me apetece”, y en su lugar siempre piensa “quiero hacerlo”. Pero sobre todo, ¡ponte en movimiento! El movimiento atrae la energía para hacer las cosas. Concéntrate en los detalles y hazlo de forma brillante. Sé consciente del ahora. Y si de todos modos no consigues motivarte, date un respiro. De vez en cuando tenemos que desconectar para recargar pilas. No pasa nada si un día no estamos a tope, simplemente resuelve lo urgente y prioritario. Repasa tu decálogo personal para recordarte qué es lo que quieres, y mañana será otro día.

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