Uno de los exámenes de laboratorio más importantes, si no el que más, es sin duda alguna el hemograma completo. Este suele solicitarse de manera rutinaria para llevar un control del estado hemático de las personas, donde principalmente van a destacar los glóbulos rojos y los glóbulos blancos. Sin embargo, quienes toman más protagonismo a nivel clínico son los glóbulos rojos
Y es que el que una persona presente glóbulos rojos altos o bajos, puede ser indicio de todo tipo de enfermedades que son capaces de comprometer la vida de manera sustancial. De allí que la importancia de saber qué hacer en cada situación. Es por ello que, a continuación, te enseñaremos todo lo que debes saber acerca de los glóbulos rojos, sus funciones y cómo interpretar su elevación o disminución.
¿Qué son los glóbulos rojos?
Los glóbulos rojos son células sanguíneas que se destacan por cumplir muchas funciones en el organismo. Sin embargo, podríamos decir que la más importante de todas es, sin lugar a dudas, el transporte de oxígeno a todos los tejidos del cuerpo
Es por ello que cualquier cambio, ya sea a causa de glóbulos altos o bajos, va a desencadenar todo tipo de manifestaciones sistémicas que pueden ser la causa de daños a otros órganos.
Su determinación mediante estudios de laboratorio es muy sencilla y poco costosa. Con solicitar un hemograma completo ya estaríamos obteniendo no solo la cantidad de glóbulos rojos que tenemos en sangre, sino también su tamaño, color, concentración y mucho más, factores que son determinantes al momento de diagnosticar una enfermedad.
¿En qué circunstancias pueden verse aumentados?
Aunque no es lo más frecuente que lleguemos a tener glóbulos rojos altos, sí que las causas que pueden llegar a provocarlo son bastantes variadas.
El término médico más aceptado para referirse a glóbulos rojos altos vendría siendo eritrocitosis y esta, a su vez, puede ser primaria o secundaria.
Cuando es primaria, se debe a defectos propios de las células hematopoyéticas, que son básicamente las células a partir de las cuales se crean los glóbulos rojos.
Por otro lado, cuando es secundaria, se debe a un tipo de trastorno que desencadene la sobreproducción de las células hematopoyéticas anteriormente mencionadas.
Algunas de las causas más mencionadas en los casos de eritrocitosis primaria es el cáncer de médula ósea, que es precisamente el lugar donde se producen casi todas las células sanguíneas.
Luego, en cuanto a las eritrocitosis secundaria, tenemos que sus causas son mucho más variadas. Aquí se hace mención a hábitos como el tabaquismo, a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), a algunos defectos cardíacos del nacimiento, al envenenamiento por monóxido de carbono y a la permanencia en lugares de altitud elevada.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que, en cualquier circunstancia que se le prive al cuerpo de una buena oxigenación, la tendencia va a ser la de producir más glóbulos rojos para tratar así de oxigenar mejor los tejidos ante una situación adversa.
Por otro lado, no podemos dejar de mencionar que no siempre vamos a estar en presencia de alguna enfermedad en casos de glóbulos rojos altos, ya que por ejemplo, en recién nacidos es frecuente la hemoconcentración, es decir, la alta cantidad de glóbulos rojos en sangre.
¿En qué circunstancias pueden verse disminuidos?
Si la etiología de los glóbulos rojos altos ya es bastante variada, en los casos de glóbulos rojos bajos no dejan de ser menos variopintas.
Y es que aquí se hallan descritos muchos escenarios. Tal es el caso de las personas que están recibiendo tratamiento con quimioterapia, radioterapia, en casos de leucemia y alteraciones de la médula ósea.
También, aquellas personas con enfermedades renales, infecciones, hemorragias profusas, algunas enfermedades infecciosas y mucho más, podremos obtener hemogramas con glóbulos rojos bajos.
Cabe destacar que no todo hemograma con glóbulos rojos bajos significa que estemos en presencia de alguna enfermedad, ya que por ejemplo, en embarazadas, hasta cierto punto es fisiológica la anemia.
¿Cuáles son los síntomas de glóbulos rojos altos?
Si tuviésemos que discernir entre los síntomas de los glóbulos rojos altos y bajos, sin lugar a dudas los glóbulos rojos altos representan menos problemas para quien lo sufre.
Algunos de los síntomas descritos más frecuentemente van desde debilidad general, cansancio, pasando por dolor de cabeza mareos y hasta dificultad respiratoria.
Estas personas muy rara vez suelen complicarse al punto de que su vida se vea comprometida. Aunque ello depende más que nada de la etiología en sí misma de la elevación de los glóbulos rojos.
No obstante, no hay que tomarse esto a la ligera, ya que pueden haber ciertos componentes genéticos que predispongan a seguir sufriendo esta situación de forma recurrente y que, a la larga, termine ocasionando consecuencias mayores.
¿Cuáles son los síntomas de glóbulos rojos bajos?
Como ya lo mencionamos anteriormente, un recuento de glóbulos rojos bajos puede ser indicativo que cosas genuinamente preocupantes para quien lo sufra.
Y es que si bien ya vimos que las causas de tener glóbulos rojos bajos son bastante comprometedoras, los síntomas van más o menos en la misma línea.
Al principio, en estos casos, es normal que la persona empiece a experimentar una sensación de cansancio, fatiga, dolor de pecho, mareos, vértigo, sudoración y falta de aire. Sin embargo, estos síntomas pueden progresar y pueden producirse estupor, pérdida de la consciencia, palidez, déficit cognitivo y mucho más.
La gravedad de estos síntomas y sus complicaciones va a depender, en gran medida, de la causa real de todo.
Por lo general, los casos de anemia son los más llevaderos, donde el déficit de hierro vendría siendo la variación más leve de esta enfermedad.
Mientras que, en el otro extremo vendrían siendo la hemorragias profusas, que es lo que más frecuentemente se asocia a un recuento de glóbulos rojos bajo.
Y es que, evidentemente, si se pierde más sangre y más glóbulos rojos de los que se pueden reponer, es lógico que sea más difícil para el cuerpo oxigenase.
En este sentido, los órganos dianas como lo son el hígado, el riñón, el corazón y el sistema nervioso central, son los más afectados ante estas complicaciones, que de no solucionarse a tiempo, terminarán por comprometer gravemente la vida de la persona hasta producir la muerte.
¿Cuál es el tratamiento ante estas situaciones?
El tratamiento, dicho así de forma general ante casos de glóbulos rojos altos y bajos, va a variar sustancialmente dependiendo de la causa de todo.
En el escenario de un recuento alto de glóbulos rojos, bastará con identificar el origen de todo y, por sí sola, la eritrocitosis cederá. Si no hay una causa identificable en el momento y la persona se halla estable, se puede proceder a realizar una flebotomía, que básicamente consiste en extraerle sangre a la persona, la cual puede ser donada, y ya con eso estaríamos aliviando la situación.
El escenario de un recuento de glóbulos rojos bajos sí suele ser mucho más difícil de tratar por tanto la vida de la persona en cuestión se encuentra más comprometida en ciertos casos. De cualquier forma, como hemos venido diciendo, todo dependerá de la causa real de esta situación.
Si se trata de una anemia por déficit de hierro (anemia ferropénica), tan solo bastará con aumentar la ingesta de hierro ya sea de forma natural o sintética
En el caso de infecciones, bastará con primero tratar la infección en cuestión y dejar que el mismo cuerpo, eventualmente, sea quien se encargue de reponer la cuenta de glóbulos rojos.
Cuando se trata de casos más extremos, sí que puede llegar a necesitarse incluso transfusiones de sangre. Este esquema de tratamiento será el elegido cuando las pérdidas de sangre. Sean tan elevadas que el mismo cuerpo no pueda ya reponer dichas pérdidas.
Esto lo podremos identificar fácilmente con los valores de hemoglobina y, en todo caso, de eso ya se encargará el especialista en salud.
¿Cómo prevenir alguna de estas situaciones?
Como ya hemos venido viendo, las causas ante estas situaciones son bastante variadas, así que el evitar una cosa o la otra depende en gran medida de nosotros mismos.
Y esto puede hacerse fácilmente asistiendo a chequeos rutinarios al menos una vez al año, sin importar qué tan sano puedas sentirte, ya que con los chequeos es como puedes identificar las posibles causas que en un futuro pudieran llegar a afectarte.
Por otro lado, en caso de sí que estes manifestando síntomas parecidos a los que acabamos de mencionar, no dudes ni un solo segundo en asistir a tu médico de confianza para que sea él quien te indique realizarte un hemograma completo, para así determinar la cuenta de glóbulos rojos que posees, en conjunto con otros análisis sanguíneos que de seguro necesitarás.
En todo caso, nadie conoce tu cuerpo mejor que tú mismo o tú misma, por lo que debes ser tú quien de manera responsable y oportuna se encargue de estar al pendiente de cualquier cambio extraño que pueda surgir. Lo importante siempre será que nunca te tomes estas cosas a la ligera ni te confíes.