En este artículo te mostramos cómo el gluten puede afectar la salud de tu perro.
¿Qué es el gluten?
El gluten es una proteína que se encuentra principalmente en el trigo, pero también está presente en otros granos de cereales, como el centeno, la cebada y la avena. En realidad, es una mezcla bruta de otras dos proteínas, la gliadina y la glutenina. Los granos que no contienen gluten son el arroz, el amaranto, el mijo, el maíz y la quinua.
¿Por qué algunos perros no toleran el gluten?
La mayoría de los perros toleran el trigo y otros granos muy bien, e incluirlos en su dieta no provoca efectos adversos. A diferencia de los gatos, los perros pueden procesar tanto carne como productos vegetales. Normalmente, el gluten es digerido por enzimas pancreáticas en el intestino delgado. Sin embargo, algunos perros (como ocurre en algunas personas) no pueden tolerar el gluten. En las personas, esta condición se llama “enfermedad celíaca”. En los perros, se llama “enteropatía inducida por el gluten,” “intolerancia al gluten” o “sensibilidad al gluten.” Los perros que son sensibles al gluten desarrollan una enfermedad inflamatoria crónica del intestino delgado si comen gluten. Tienen diarrea intermitente o persistente, pierden peso, desarrollan un pelaje pobre, pierden condición corporal y, en general, no prosperan. Afortunadamente, la intolerancia al gluten no es común en perros de compañía.
¿Cómo causa el gluten los problemas digestivos?
Los perros que son alérgicos al gluten tienen una reacción de hipersensibilidad retardada (reacción alérgica) al comer alimentos o golosinas que contienen granos de cereal. Aunque la secuencia exacta de este trastorno no es bien entendida, se cree que el sistema inmunológico de un perro intolerante al gluten ataca a su tracto gastrointestinal cuando entra en contacto con el gluten, dañando las diminutas proyecciones similares a los pelos que recubren el intestino delgado, llamadas “vellosidades intestinales”. Las vellosidades dañadas no pueden absorber los nutrientes esenciales, como las proteínas, los carbohidratos, las grasas, las vitaminas, los minerales y, en algunos casos, incluso el agua. Como resultado, los perros afectados están desnutridos, incluso si están comiendo un montón de comida. Van a perder peso y condición corporal y desarrollarán diarrea crónica.
¿Qué perros son afectados?
La intolerancia al gluten puede afectar a cualquier raza, pero está particularmente bien documentada en Setters irlandeses, Samoyedos e Irish Soft Coated Wheaten Terriers. Los propietarios suelen ver los signos de esta condición en el momento que un perro alcanza los 6 ó 7 meses de edad.
¿Cómo se diagnostica la intolerancia al gluten?
Al evaluar un perro con una historia de diarrea, pérdida de peso, mala condición corporal y malestar general, la mayoría de los veterinarios llevarán a cabo pruebas rutinarias de sangre y orina. Probablemente también le hará un examen fecal en busca de parásitos, tomará radiografías abdominales y también le hará la prueba de la insuficiencia pancreática exocrina. Los resultados de estas pruebas en perros que son sensibles al gluten por lo general no presentan complicaciones. La única manera de diagnosticar definitivamente la intolerancia al gluten es poner al perro en una dieta libre de gluten durante 2 a 4 semanas y buscar mejorías. El animal debe aumentar de peso y dejar de tener diarrea una vez que se elimina el gluten. Entonces, el gluten se vuelve a introducir en la dieta. El diagnóstico de la intolerancia al gluten se confirma si, tras incluir de nuevo el gluten en la dieta del perro, éste sufre recaídas.
¿Cómo se trata la intolerancia al gluten?
Afortunadamente, la intolerancia al gluten es completamente tratable. Todos los síntomas se resuelven cuando el perro se alimenta con una dieta sin grano. Los alimentos y golosinas con trigo, centeno, avena, cebada u otros granos de cereales deben ser evitados. El trigo es el ingrediente más problemático para los perros con sensibilidad al gluten, y es común en alimentos comerciales para perros. Los granos genéticamente modificados son especialmente riesgosos para perros con intolerancia al gluten. Curiosamente, las mariposas que entran en contacto con polen de cultivos genéticamente alterados sufren una serie de problemas de salud, y finalmente desarrollan mutaciones genéticas. Es posible que algo similar ocurra cuando los perros comen granos modificados genéticamente – especialmente si su sistema no puede asimilar el grano.