La última fragancia de Roberto Verino va dirigida a una mujer con una voz y encanto personal que nos evoca a identificarla con una DIVA, es la fragancia de una mujer que con solo su presencia ilumina cualquier espacio.
Su estuche, en tonos malva y rosa, refleja perfectamente esa luz, con unos destellos impresos bajo el nombre de la fragancia en tonos dorados. Una caja delicada y femenina que nos trae a la imaginación las frutas y flores que componen este perfume. El frasco en malva transparente es un homenaje a la perfumería clásica a través de sus formas rectas.