El gomasio es el sustituto de la sal perfecto para algunos platos, ya que aporta un agradable sabor a nuestras comidas y reduce la cantidad de sal necesaria. La “sal de Oriente” se usa especialmente en ensaladas y sopas pero también puede aportar mucho sabor a platos principales como arroces, pastas, verduras o legumbres.
Es una forma de incorporar grasas de calidad. Las semillas de sésamo son ricas en sales minerales, excelente fuente de calcio y tienen una gran cantidad de fosfolípidos. Al unirse la sal con el aceite de las semillas, el propio aceite sirve de vehículo para asimilar la sal , lo que resulta un potente condimento con un efecto altamente medicinal.
Beneficios del gomasio
* El gomasio es un buen aporte complementario de proteínas. Su combinación con cereales aumenta el valor biológico de éstas, tal y como sucede al untar el pan con tahini o al añadir gomasio a las ensaladas de pasta, arroz o vegetales si se come pan en la comida.
* Es fácil de digerir, siempre y cuando la cantidad que se consuma no sea excesiva, puesto que es un condimento concentrado de grasas.
* Ayuda a tener una buena circulación sanguínea ya que proporciona al organismo ácidos grasos insaturados cardiosaludables.
* Es un condimento remineralizante por su concentración de sales, en particular, por el calcio.
* Ayuda a regular el tránsito intestinal porque aporta fibra, nutriente con funciones laxantes.
Preparación
Tuesta el sésamo en una sartén seca, sin aceitar a fuego medio. Remueve constantemente con una cuchara de madera hasta que las semillas comiencen a estallar y puedan ser aplastada entre tu dedo pulgar e índice. Las semillas no deben quemarse. Tuesta por separado la sal en una sartén seca.
En un suribachi (mortero japonés) o en un mortero convencional (resulta mejor el suribachi por tener líneas en las paredes que facilitan que se rompa la semilla y suelte el aceite) muele primero la sal y luego añade las semillas y muele todo junto. La mezcla estará preparada cuando estén estalladas sobre un 70-80% de las semillas.
Ponemos todo en un bote de cristal herméticamente cerrado, no demasiada cantidad pues va perdiendo propiedades y sabor después de una semana, y a disfrutar.
También , lo puedes encontrar ya preparado, molido y tostado, para añadirlo a todos los platos que desees (en crudo), por ejemplo arroces, ensaladas, pastas… Con una cucharadita será más que suficiente y enriquecerá tus platos de forma extraordinaria.
Mercedes Martín Sánchez
Naturópata