Gran canaria. gran isla

Publicado el 16 enero 2010 por Carla10

Desde que llegué de Gran Canaria estaba deseando encontrar este rato (me ha llevado tres horas) para contaros la crónica de un viaje increíble. Porque recorrer esta isla maravillosa es un descubrimiento tras otro y no puede resumirse en tres renglones.

Voy a empezar por el trabajo y así dejamos el placer para el final. Estuve en el stand que tenemos en El Corte Inglés de Las Palmas. Fue la tarde del 4 de enero. Por fin tuve la suerte de conocer a Inma, otra amiga más a la que ponemos cara en este blog. Pero fueron muchas las clientas que por allí se pasaron y a las que pude explicar personalmente las propiedades mágicas de nuestra Rosa de Bulgaria. Aprovecho para deciros que desde hace un par de meses los productos de Carla Bulgaria Roses Beauty también están a la venta en El Corte Inglés de Tenerife.

Y después de una visita imprescindible a El Corte Inglés de Las Palmas, viajemos por la Isla de Gran Canaria, Gran Isla pero también para muchos Gran Desconocida.

La ruta empezará por la ciudad de Las Palmas. Un ciudad muy grande pero de la que sin duda no podemos dejar de pasear por los emblemáticos barrios de Vegueta y Triana. En la Plaza de Santa Ana, epicentro de Vegueta, se ubica la Catedral. Primer monumento artístico de Gran Canarias. Fue tras la conquista de la isla, en 1478 y  por expreso deseo de los Reyes Católicos que se construye ésta Iglesia Catedral dedicada a Santa Ana. Su construción duró hasta el siglo XIX, por lo que tiene tres estilos arquitectónicos diferentes. El interior es Gótico, la Puerta del Aire y algunas capillas son Renacentistas y la Fachada es Neoclásica. Tiene un patio precioso, con la clásica balconada de madera canaria que merece la pena visitar.

El barrio de Vegueta tiene ese encanto especial del estilo colonial. Balaustradas de madera, edificios de colores, palmeras en calles y plazas, fuentes, ventanas floreadas, esquinas exquisitas y rincones entrañables que invitan a pasear y a descubrir callejuelas sin rumbo fijo. En la zona de Triana además de importantes edificios se encuentra la zona peatonal y comercial más importante de la ciudad.

La Playa de las Canteras es la playa de  la ciudad de Las Palmas. Una enorme extensión de arena fina y dorada. Donde además podremos comer de maravilla en varios restaurantes típicos y renombrados de la ciudad, como La Marinera, con unas vistas al mar que harán que disfrutemos si cabe aún más de sus deliciosos pescados. (Calle La Puntilla)

Siguiendo una ruta por la zona Norte de la isla, llegamos hasta el pueblo de Arucas donde se encuentra una de las curiosidades de la isla. Se trata de la Iglesia de San Juan Bautista, también llamada Catedral de Arucas. Es de estilo Neogótico, pero construída entre 1909 y 1917, que contrasta con el estilo puramente colonial y canario del pueblo. Fue contruída con cantera de la isla, por lo que su color resulta un tanto oscuro y su imagen algo fría, más aún en el cotraste con el blanco encalado de Arucas. Pero resulta interesante de visitar y es desde luego una curiosidad que uno no puede dejar de visitar. Al parecer en su interior guarda un preciado tesoro artístico, con pintura flamenca y de la escuela andaluza así como importantes obras de escultura italiana, pero cuando fuimos estaba cerrada y no pudimos entrar.

Tras pasear por las calles de Arucas podemos continuar viaje entre plataneras hacia el pueblo de Teror, donde se encuentra la Basílica de La Virgen del Pino, Patrona de la Isla y que da nombre a muchísmas mujeres isleñas. Teror es también un pueblo precioso con el mismo estilo canario, que invita a pasear por sus calles, parques y jardines.  Y si a estas alturas de la excursión tenemos hambre, en la calle Diputación nº 6,  próxima a la Basílica, hay un restaurante muy típico del lugar, donde entre muchas otras variedades canarias, nos darán un excelente arroz con conejo. Es El Rincón de  Magüi. El pueblo de Teror tiene buena fama gastronómica con varios restaurantes recomendables.

Agaete es otro pueblo de la zona norte de Gran Canaria que no podemos dejar de visitar. Si nos llevaran con los ojos cerrados a este increíble lugar y nos preguntaran donde nos encontramos, con mucha probabilidad diríamos que en algún remoto lugar del Pacífico. Mar, playa de piedra negra volvánica y sobre todo una espectacular orografía tan accidentada que nos deleita con los acantilados, riscos y barrancos más alucinanantes y que pocos se esperan encontrar. En Agaete se requiere reservar en el Restaurante Las Nasas, en plena playa, y tomar una deliciosa parrillada de pescados de la zona acompañado de las clásicas y exquisitas papas arrugás. En la playa de Agaete se encuentra el Dedo de Dios, una roca emblemática del pueblo, que se anuncia en todas las guías de la isla, pero que sin embargo se rompió tras un gran temporal.

Para apreciar, disfrutar y alucinar con los acantilados de la zona, y no apto para quienes padezcan de vértigo, hay que emprender ruta hacia La Aldea por la comarcal GC-200.

Volvamos a Las Palmas para empezar otra ruta, esta vez hacia el centro de esta isla que nunca deja de sorprender. El Roque Nublo es un paraje que combina impresionantes pinares de pino canario, con acantilados y rocas de formas curiosas, como el llamado Fraile que reza junto al Roque. Desde La Cruz de Tejada, justo antes de llegar al Roque Nublo, tendremos las vistas de la Isla de Tenerife, El Teide y el Roque Nublo más especataculares. Solo necesitamos que el día esté claro y despejado. Nosotros tuvimos esa suerte y ese regalo.

Es una zona verde, con pinares milenarios, embalses, barrancos, vegetación y curvas, muchas curvas que hacen las delicias de los amantes del ciclismo y del motociclismo.

Podemos parar a tomar algo en el pueblo de Ayacata.

Y como nadie puede irse de Gran Canaria sin pasear por las Dunas de Maspalomas, tras tomar unas papas en Ayacata, emprendemos la bajada pero por el lado sur. Dirección Fataga y San Bartolomé de Tirajana. La ruta preciosa, las vistas siguen siendo increíbles. Fataga un pueblito con mucho encanto y varios restaurantes que miran hacia un acantilado, donde también se come muy bien (parece que me paso el día comiendo, y lo cierto es que difruto mucho).

Desde Fataga la carretera baja directa a Maspalomas, pero las vistas son tan espectaculares que decidimos parar y subir caminando hasta un alto para apreciar aún más la espectacularidad del lugar, el Barranco de Fataga y sus embalses. Desde lo alto se ve en horizonte la inmensidad del Mar y las doradas dunas de Maspalomas.

Maspalomas es cita obligada. Sus dunas están protegidas, pero se puede pasear por ellas. La playa es muy grande y nos invita a caminar. Si vamos a pasar una jornada completa, la a hora de comer es muy recomendable reservar en El Senador. Se encuentra en la misma playa muy cerca del Faro, y allí disfrutaremos de comida y pesacados típicos canarios, pero también de chopitos, pulpo, calamares, mejillones, sepia, etc. La puesta de sol es muy bonita y merece la pena visitar a esta hora del atardecer la piscina del Hotel Meloneras.

Hay en Gran Canaria un Puerto de reciente creación, ejemplo de construcción sensata y respuetuosa con la estética del entorno y la construción típica de la isla. Es el Puerto de Mogán. Uno llega a Mogán desde Masplomas, atravesando más acantilados al mar, que en su día serían una maravilla pero que sin embargo han sido destruidos por la mano del hombre, que en ellos ha construido auténticos esperpentos que no apartamentos. Por eso, llegar a Mogán resulta doblemente agradable. Por un lado su indiscutible encanto y por otro se agradece que aún queden constructores con gusto y con ganas de hacer algo bonito. No he querido fotografiar los acantilados destruídos por construcciones sin nombre por que es preferible imaginarlo. Sin embargo en el Puerto de Mogán uno pierde la cabeza fotografiando ventanas, balcones, puentes y flores.

Para despedirnos, una bonita imagen de la Catedral de Santa Ana, Vegueta y Triana a la luz del   atardecer.