Gran hematoma tras cirugía de rodilla

Por Jagonzalez

Una de las consecuencias habituales de la cirugía artroscópica de rodilla para el implante de plastia de ligamento cruzado anterior (LCA) es la aparición de hematoma en el miembro inferior operado. Es útil conocer esta circustancia para informar al paciente de ello y de que no tiene  por qué llevar necesariamente ninguna complicación añadida.

El hematoma puede ser más o menos importante en términos de extensión y coloración. Suele aparecer en la región del tendón dador en los casos de implante con tendones de la pata de ganso (semitendinoso y/o recto interno) y en la corva. Pero también en la rodilla en general y en el pie, cuando por gravedad la sangre migra hasta él. Puede perdurar meses. Por ello la información al paciente contribuye a su tranquilidad si le indicamos que es algo habitual y que no supone la presencia o aparición de otras lesiones.

En la imagen podemos ver un gran hematoma a los 8 días de la intervención, cuando el paciente acude por primera vez a fisioterapia. Tras la isquemia artificial durante la operación la sangre vuelve a la pierna y se desborda originando el hematoma.

En esta otra imagen vemos al mismo paciente 4 días después. En ese tiempo realizó ejercicio de movilización activa de la rodilla y se le aplicó tiras de vendaje neuromuscular, cuyas señales se pueden ver. Se observa la atenuación general de color, más marcada en la superficie cubierta por las tiras de Kinesiotaping.

La evolución es hacia la desaparición del hematoma, pudiendo persistir, como hemos dicho, coloraciones oscuras durante meses.

Llendo un poco más allá nos percatamos de la importancia que puede tener conocer el curso natural de las alteraciones o problemas del paciente, con o sin intervención. Con ello nos anticipamos, informamos y podemos instaurar un tratamiento si es preciso.

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