La granada es una fruta otoñal que empieza su temporada en septiembre, pero se puede encontrar en el mercado hasta finales del mes de enero. Cubiertas por una piel muy gruesa y protegidas por una pulpa carnosa que normalmente no se come, las semillas de color rojizo contenidas en la granada son un verdadero placer para el paladar.
Las semillas de la granada son muy ricas vitaminas del grupo B, C y A, y minerales como potasio, hierro, calcio, magnesio y zinc. Además, encierran una cantidad elevada de antioxidantes, como las punicalaginas, unos polifenoles que ayudan a proteger las células del daño causado por el estrés oxidativo y el envejecimiento. (¿Sabíais que la granada tiene una capacidad antioxidante tres veces superior al vino, el té verde, la naranja o la manzana? )
Además de las semillas, la pulpa y la piel de la granada también son una buena fuente de otros antioxidantes, entre los que cabe destacar su contenido en flavonoides, ácido málico y ácido oxálico. Por ese motivo, el zumo de granada realizado con la piel y la pulpa de la granada, además de sus semillas, es usado a veces con fines medicinales (pero cuidado con hacerlos vosotros en casa sin las recomendaciones de un experto).
En algunas culturas antiguas, (como por ejemplo la egipcia) se la conocía como una "fruta medicina", gracias a sus propiedades benéficas y su alto valor nutritivo.
En la actualidad, lo englobaríamos dentro de los "super alimentos" o super food, ya que algunas de sus propiedades benéficas más destacadas son:
Ayuda a frenar los procesos de envejecimiento.
Es un excelente aliado de belleza para la piel. (ideal para prevenir la pérdida de firmeza y elasticidad).
Reduce el riesgo de enfermedades degenerativas y cardiovasculares.
Ayuda a regular los problemas de tránsito intestinal (Síndrome del intestino o colon irritable).
Se utiliza contra el estreñimiento. (Por gran poder laxante).
Refuerza el sistema inmunológico.
Está indicada en dietas de adelgazamiento. (Por su bajo contenido en calorías y su gran poder nutritivo).
La granada una fruta muy recomendada para los niños, jóvenes y personas mayores, ya que gracias a sus propiedades nutritivas, ayuda a aumentar las defensas contra los resfriados, gripe, faringitis, otitis y sinusitis.
Aprovechando que ya empiezan a estar en su mejor momento, nosotras solemos comer a menudo las semillas de las granadas tal cual, mezcladas con yogur o bien en macedonia con otras frutas; pero también las utilizamos en ensaladas de temporada, y como acompañamiento o decoración en algunos platos, ya que ésta, les aporta color, sabor y riqueza nutricional.
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