Hacía días que buscaba un restaurante en el centro donde comer algo sano y que no fuera producto enlatado de franquicia, que ojo, están muy bien, pero de vez en cuando echo de menos propuestas menos globalizadas y con un toque artesano.
Entonces di con La Esquina, sí, como lo lees, con La Esquina, el nombre de un restaurante que te econtrarás en la esquina de Bergara con Pelayo, un nuevo rincón que huele a cocina casera y que tiene alma propia con su decoración vintage, en pleno centro de Barcelona.
Yo que trabajo en el centro, vivo como Barcelona es el foco de decenas de aperturas de nuevos restaurantes, la mayoría pertenecientes a grupos de restauración, que insisto, lo hacen estupendamente, pero siento nostalgia por los rincones como La Esquina, un Kitchen&Coffee que ofrece una propuesta gastronómica continuada “from breakfast to bedtime”.
Lo curioso es que lo dirige el británico Alan Stewart, un chef joven y alternativo de Londres que goza de una dilatada experiencia en restaurantes de prestigio. Si bien su comida se podría definir como de mercado y está basada en ingredientes estrictamente de temporada, toda la carta la plantea de principio a fin con un toque diferente, tanto en su forma como en su sabor, y bajo un manifiesto “esquinero” y sagrado de que todo lo que se come en La Esquina es 100% artesano, un concepto que él mismo ha llamado “contemporary grandma”.
Yo me atreví con una comida de mediodía donde descubrí una fórmula en base a una combinación saludable de verduras, proteínas y pasta o legumbres que tú mismo eliges de la carta. Perfecto para vegetarianos o personas que están cuidando de su dieta (o no)…
Para las cenas prometen carta original que cambian semanalmente y donde la luz tenue puede dar paso a la música indie-folk mientras saboreas los cócteles preparados por su barman Merlin :).
Y para los fines de semana ofrecen el consagrado brunch con el poco conocido kedgeree: un delicioso plato inglés procedente de la India colonial a base de arroz con curry, pescado ahumado y huevo poché. Una sorprendente combinación de sabores y texturas que sin duda nos queda pendiente probar.
¿Qué es lo que más nos ha gustado?
Sus ingredientes, que sonnaturales y de temporada. Sabores de siempre como el de la caballa, las lentejas, la coliflor, el apio, nabo…pero reconvertidos de tal manera que sorprende cómo algo tan diferente puede resultar tan rico. Risotto con coliflor y almendras, el pato con lentejas, la crema de calabaza con curry y aceite de pistachos, el postre de pera con chocolate jengibre y almendras, la pasta con queso fresco con alcachofas y guisantes…Todos los platos suenan diferentes en La Esquina. Y cabe destacar el must–have para disfrutar a entre horas: la carta fija de huevos al gusto y bocadillos.
¿Y el café?
Y si de romper normas se trata, ahora que allá donde mires se preparan los cafés con cápsulas de colores, en La Esquina se ofrece el café recién molido traido semanlemente de diferentes partes del mundo y preparado por un barista.