Una de las primeras preguntas que debemos responde es: ¿Qué son las grasas trans o hidrogenadas? Los ácidos grasos trans se encuentran en pequeñas cantidades en las grasas de animales rumiantes, por ejemplo, 100 g. de grasa de la leche de vaca contiene de 4 a 8 g. de ácidos grasos. Sin embrago, podemos encontrar cantidades mucho más grandes en ciertos tipos de margarinas, mantecas o ciertos productos preparados.
Estos ácidos grasos trans se forman cuando los aceites vegetales se someten a un proceso llamado hidrogenación para producir grasas que tengan la firmeza y la plasticidad deseada por los fabricantes de alimentos.
La presión ejercida en el mercado para reducir el uso de grasas saturadas tales como el aceite de palma ha causado un aumento en el consumo este tipo de grasa, ya que es la mejor alternativa de la industria alimentaria para la producción de grasas semisólidas y sólidas.
Estas grasas trans, además de tener un coste menor, permiten que los alimentos se conserven durante más tiempo.
Pero además de su producción en la industria, una fritura mal hecha puede acabar oxidando y transformando el aceite en este tipo de grasa. Es muy importante realizar adecuadamente las frituras. El aceite de oliva es el más adecuado ya que es el que mayor temperatura soporta antes de descomponerse y perder calidad.
Para ello un truco es echar una miga de pan y si no llega a sumergirse y se fríe rápidamente quiere decir que el aceite está a 190º C, la temperatura máxima. Lo adecuado es que no pase de 180º. Tampoco deberíamos utilizar este aceite en más de 3 frituras.
¿Dónde se encuentran las grasas trans?
Podemos encontrarlas en bollería o pastelería industrial, margarinas, galletas muy elaboradas, cremas de cacao, caramelos, pastillas de caldo, productos precocinados, palomitas para microondas o aperitivos fritos.
Es muy importante que leamos las etiquetas nutricionales detenidamente y comprobar la presencia de grasas trans. Podemos encontrarlas también con el nombre de grasas vegetales hidrogenadas.
Implicaciones para salud
A día de hoy las investigaciones de los efectos de las grasas trans en nuestra salud producen un aumento de riesgo cardiovascular en los consumidores además de un aumento del colesterol LDL (colesterol malo). Por lo que es recomendable eliminar de la dieta este tipo de grasas para conseguir una alimentación adecuada y saludable.
También distintos estudios han mostrado una relación entre el consumo de grasas trans y el riesgo de padecer depresión.