De pequeña tenía un peluche de Gizmo sentadito en mi cama, es uno de los juguetes que recuerdo con más cariño, éste y mi oso polar. Me miraba con su carita de no haber roto nunca un plato y con sus gigantes ojos, mientras yo le contaba vete tú a saber qué. Un ser entrañable con grandes orejotas de plástico que olían a bebé y un pelo bicolor despeluchado. La película Gremlins nos permitió conocer a estas adorables e inocentes criaturas, bueno, adorables siempre que cumplieras las tres normas de su cuidado:
-No exponerlos al sol ni a luces brillantes.
-No mojarlos ni darles de beber.
-No darles de comer después de medianoche.
Si no cumplías estas precauciones conocerías al espíritu maligno que se esconde en ellas. Al saltarte alguna de las normas estos seres se multiplicarían creando un gran ejército con aspecto reptiliano que no dejaría de hacer el mal allí por donde pisara, atacando y matando gente. La moraleja de esta historia es que cualquier mascota requiere un cuidado responsable por parte del cuidador, muy educativo, ¿no creéis?
Hemos querido llevar esta idea a un body de bebé añadiéndole una gotita de humor. En él se une el recuerdo nostálgico e infantil de nuestros queridos Gremlins y el llevar las normas de su cuidado a un bebé que requiere justo los cuidados contrarios. Comida a demanda, baños relajantes y muuuuucho sol, sólo así conseguirás mantener dormido a su monstruo interior. Ahora podrás vestir a tu bebé con este icono de los 80 y robarle la sonrisa a toda una generación.
Si en tu caso aún no tienes descendencia, o la tienes más que criada, puedes sorprender a esos nuevos padres regalándoles esta ropa de bebé que une el humor y la nostalgia. Un regalo de bebé original, divertido y hecho a mano con mucho, mucho, mucho amor. ¡¡A vacilar de bebé!!