En la foto superior, vemos a los socios de 4 Kílos vinícola, los caballeros Francesc Grimalt (izquierda) y Sergio Caballero, en pleno proceso de transfiguración y simbiosis con sus viñedos de call vermell. El proceso tiene, por ahora (y a la espera de que el famoso ovni de Felanitx les designe como a los elegidos para el próximo viaje), dos resultados tangibles: una nueva divisa, "menos es más", que es la que les ha guiado hasta el vino que hoy bebemos, Grimalt Caballero 2010; y un nuevo escudo de armas (foto inferior): sobre el campo, se leen las iniciales de los neocaballeros, flanqueadas por las manos de Júpiter Tonante que arrojan sobre la tierra su rayo amenazador, y presididas por dos racimos báquicos, que surgen de las muñecas del padre creador. Confieso mi ansiedad por conocer el próximo paso que darán en su proceso metamórfico.
4 Kílos es, además, una bodega pionera en Mallorca (por el clima de la zona donde están sus viñedos, el sureste, en Felanitx; y porque se lo creen) en la preservación de la flora y en el uso de la cubierta vegetal, que ayuda (entre otras cosas) a retener la humedad de la noche y la madrugada en la zona. Pero no se han contentado con ver crecer lo que la tierra quiera darles entre sus cepas. De la misma forma que existe la selección masal en viticultura (con el objetivo de localizar las mejores plantas de un viñedo y de reproducirlas, injertándolas), ellos practican la selección floral: están realizando un estudio sobre la caracterización de la flora autóctona que cubre sus viñedos. Esta investigación les permitirá conocer mejor el funcionamiento del viñedo como un agrosistema en el que la vegetación natural juega un papel clave como bioindicador. En consecuencia, les permitirá, también, saber escoger y potenciar no todas las plantas autóctonas, sino sólo las más beneficiosas para su viñedo.
Una de las variedades emblemáticas de la zona, la callet (así llamada porque crece de forma ideal sobre suelos francoarcillosos llamados, por su color, "call vermell") es la protagonista de Grimalt Caballero 2010, en un 90%. El otro 10% es de fogoneu. Ellos distinguen entre fogoneu y fogoneu francés, pero ambas están catalogadas en la European Vitis Database, con el mismo número, VIVC 4169. Puede que sean clones distintos de una sola variedad, plantados en fincas distintas, que dan perfiles también distintos. 2010 tuvo un verano especialmente sediento en la zona: ni una gota de agua entre junio y principios de septiembre, con lo que el cultivo y la profundidad de los suelos resultaron decisivos. También el uso del raspón al 100%. La maceración duró 20 días y la crianza, 14 meses en barrica bordelesa nueva de roble Allier. 14%. 1000 botellas a unos 46€. Caro, sí, pero merece cada céntimo que pagué por él. Sobre los costes de producción en relación con el precio no puedo hablar. De eso no sé.
¿Cómo decirlo sin que parezca un apunte sexista? (Nada más lejos de mí). No estoy de acuerdo con el comentario de GC: "la versión más directa y femenina" de la callet. Creo que este vino no tiene sexo o, mejor, tiene todos los sexos. Es un vino completo, que huye de la inmensa mayor parte de cosas que se hacen en Mallorca y nos acerca, aquí sí por la vía más rápida, a los vinos frescos del Atlántico (Galícia y Loire), a los vinos tintos de los Alpes franceses (Savoie, Jura), a los vinos del sur de la Borgoña (Rully, Givry), a Morgon, a Regnié... Es un vino con raspón. Un vino fresco y ligero, un vino que acompaña y susurra. Un vino de mucho placer. Con violeta a raudales, extremadamente sutil y fino. De una fragancia que impresiona, turbadora. Rosas en su reventón de primavera. Flor de camelia. Cereza ácida. Con el tiempo, arándanos negros. Grano de café recién tostado. Bebo y siento que es un vino completo, sí, no solo femenino, porque a ratos es yin, a ratos yang. A ratos Ormuz, a ratos Arimán. A ratos Cástor, a ratos Pólux. Tiene un lado oscuro y otro luminoso. Cuando haya integrado por completo la madera, ya no quedarán botellas...qué pena.