Grupos empresariales de estudios de arquitectura ¿Son posibles? ¿Son aconsejables?

Por Bsajjq

autor | José Javier Quintana

Por la experiencia adquirida durante estos años de trabajo estoy en condiciones de afirmar que hay cosas que a un arquitecto le cuestan entender “la misma vida”, quiero pensar que es debido a su formación. Hoy abordaremos una cuestión a la que me enfrento de manera recurrente y es la resistencia a formar grupos de estudios de arquitectura que den lugar a empresas solventes.

O lo que es lo mismo la resistencia a renunciar a la marca personal del arquitecto medio.

Cuando se plantea esta dura cuestión de unirse para generar empresas que tengan masa crítica y solvencia suficientes, algunos arquitectos me dicen que sí, que es posible pero siempre que los expertise sean complementarios. Cuando afirmo que es posible hacerlo con el mismo expertise, ahí ya es cuando me miran con cara de incredulidad. En el fondo es porque sospechan que una vez agrupados, lo más posible es que se quiten los proyectos los unos a los otros.

Te suelen decir “y si viene un encargo, ¿quién hace el proyecto?”

Cuando lo escribo me resulta si cabe más ridículo, pero os juro que es cierto.

Hay muchos casos de grupos de gestión de distintas marcas del mismo espertise. El que más se asemeja al perfil del arquitecto de autor, quién se resiste como gato panzarriba a renunciar a su ego, es el del grupo de empresas de lujo LVMH. Cuando se entra en su página web corporativa lo primero que te cuentan es “a unique porfolio of prestigous brands”. Aquí se juntan ni más ni menos que Louis Vuitton, Dior, Moët, Hennesy, Bvlgari, de Beers, Chateau d´Yquem, Cheval Blanc, etc.

Todas prestogiosas, todas del sector del lujo, todas con una misma problemática de gestión y por ello tiene sentido que se agrupen. Saber gestionar una marca de lujo permite gestionar cuantas sea necesario.

No hay mejor demostración que un ejemplo. Gucci fue resucitado en 1990 como marca de primer nivel por el tándem firmado por Domenico di Sole y Tom Ford. Una vez que comprendieron cuál era el quiz de la gestión de una marca de lujo, de cómo posicionarla de nuevo en el mercado, supieron que habían descubierto el santo grial y se lanzaron a la construcción de un grupo de empresas. Reposicionaron con éxito marcas legendarias que habían sido banalizadas como Yves Saint Laurent, Bottega Veneta, y Balenciaga.

Desde 2003 pertencen al grupo Pinault-Printemps-Redout (PPR) S.A., Paris. La competencia de LVHM.

En este mundo del lujo, donde se mueven ingentes cantidades de dinero (LVHM facturó 3.000 millones de euros en 2011) hay unos egos del tamaño de la Catedral Notre Dame de París. Desde el incorregible John Galliano (que montó el pollo con unos judíos y fue despedido de Dior) pasando por Tom Ford o Karl Lagerfeld (que adelgazo un montón de kilos para poder vestir los estilados trajes de Hedi slimane) y no te cuento los CEOS (Bernard Arnault, François Pinault, etc) de las diversas compañías.

Aún y con todo ello, creedme, todo funciona, todo funciona bien, las empresas ganan pasta, su mercado es internacional, la empresa se dedica a captar el mejor talento, los empleados tienen buenas retribuciones (y sí, tienen contratos laboral con todos sus sacramentos) y creo que la creatividad de los artistas no sólo no se coarta sino que se potencia.

Podría poner muchos ejemplos, pero lo que cada vez tengo más claro es que tiene bemoles que no seamos capaces de generar grandes empresas de servicios profesionales de arquitectura.

Es único problema es que tengan un sistema de gestión empresarial coherente.

Grupos empresariales con marcas complementarias también los hay. De eso es más fácil encontrar en arquitectura. INGENNUS urban consulting que agrupa a importantes estudios de Zaragoza. De ellos hablaremos otro día, aunque lo que han hecho ha sido generar una empresa nueva. Hay también alguna otra, los se, pero aunque las contemos todas, son muy pocas.

Cuando hablamos de generar grupos empresariales con masa crítica suficiente para poder desarrollar todas las actividades que son necesarias y entre ellas, la dirección empresarial, la estratégica y la comercial, la regla general es que esto es imposible y cuando me lo comentan recuerdo aquello que dijo un tal Napoleón Bonaparte

“Lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes.”