GTD: De la productividad personal a la colectiva

Por Alberto Barbero @albarbero

Aunque GTD es un método de productividad personal, suele traer algunos beneficios colectivos inmediatos. El simple hecho de que tengas un mayor control de tu flujo de trabajo aporta cierto orden a los demás. También es habitual que una formación en GTD te ayude a influir de una forma más positiva en tu entorno:

  • siendo, por ejemplo, más consciente sobre cómo interrumpes y cómo gestionas la interrupciones de otras personas.
  • cumpliendo tus compromisos y generando así más confianza.
  • haciendo un uso más eficiente y responsable del correo electrónico, etc.

Los efectos del método se multiplican cuando todo un equipo se forma en GTD. Cuando el lenguaje productivo y la filosofía de trabajo son comunes se dan todos los ingredientes para aprender juntos, incrementar la confianza mutua y trabajar con mayor motivación. Algo sobre lo que podemos incidir, por ejemplo, compartiendo periódicamente nuestros descubrimientos con los compañeros del equipo.

En todas estas situaciones de “implantación” de un sistema de productividad personal surge en algún momento la cuestión de cómo hacer para que esto vaya calando poco a poco en la organización. La primera idea siempre suele ser la de que todo el mundo pase por la formación. Sin embargo, esto es algo ideal pero muchas veces utópico y siempre insuficiente.

Cuando lo que se busca es generar cultura y hábitos productivos no hay que olvidar el poder transformador del ejemplo. Algo muy bien resumido en aquello de que “dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única”. Y en esta línea seguro que te pueden resultar útiles algunas de las ideas prácticas aquí abajo nos da Paz Garde y que puedes desarrollar en tu “círculo de influencia”:

Liderar con GTD®

Este post es una traducción al español de otro que publicaron mis colegas ingleses en su blog y que me pareció particularmente interesante. Si quieres leer el original puedes hacerlo en: Leading with GTD® Cuando el líder de un equipo o de una organización adopta GTD®, siente un deseo (casi una necesidad) de ofrecérselo al resto de su grupo.