Los compañeros de la redGDPS han traducido al español sus contenidos más importantes lo que sin duda ayuda a su difusión y agradezco desde aquí. Pero me gustaría destacar un aspecto que me ha llamado especialmente la atención.
Hace pocos días en un post en este blog comentaba que necesitamos guías adaptadas a nuestros pacientes, no guías para cada enfermedad. Revisando la guía ADA 2017 podemos ver que, por primera vez, le dedican una sección entera a la Evaluación Médica Integral y Evaluación de las Comorbilidades. No es que me parezca un capítulo espectacular pero sí muy necesario y que empieza a dar cabida a esta visión global de nuestros pacientes que va más allá del foco puesto sobre una enfermedad concreta.
De hecho esta revisión 2017 lo que hace es introducir algunos elementos que ya publicó la ADA con anterioridad en su documento de Posicionamiento sobre Evaluación Psicosocial del Paciente con diabetes. El paciente con diabetes debe dominar muchas habilidades y comportamientos complejos para poder incorporarlos con éxito en su vida diaria. Conseguir un control adecuado de la enfermedad no es posible sin considerar simultáneamente y a mismo nivel estilo de vida y estado emocional de nuestro paciente. Por ello en este Documento de Posicionamiento se recomienda expresamente evaluar el nivel de estrés que el autocuidado de la diabetes genera, así como intentar la detección precoz de posibles trastornos de angustia, depresivos y/o alimentarios. Evaluar el contexto social y familiar es crítico para conseguir el tan deseado control de la diabetes.
Necesitamos seguir profundizando en esta visión globalizadora, integral, superando las limitaciones que a veces provoca el necesario uso de etiquetas. Destaco una frase que me gustó mucho sacada de una entrevista de MEDSCAPE al jefe científico y director médico de la ADA, el Dr. Robert E. Ratner.
“La idea es que no sólo estamos tratando la glucosa, estamos tratando a un ser humano que está intentando llevar una vida normal, y eso es difícil. En última instancia, la persona con diabetes es su principal cuidador y necesitamos poder apoyarlo para realizar esta muy difícil tarea”
Pero desgraciadamente no siempre este interés de las guías se plasma así. Acaba de publicarse en Ann Intern Med 2017 una actualización del tratamiento farmacológico oral de la diabetes tipo 2 del American College of Physicians. Proponen dos recomendaciones:
Recomendación 1: se recomienda metformina a pacientes con diabetes tipo 2 cuando se necesita terapia farmacológica para mejorar el control glucémico. (Grado: recomendación fuerte, evidencia de calidad moderada)
Recomendación 2: recomienda que los médicos, tras discutir los beneficios, los efectos adversos y los costos con sus paceintes, consideren la posibilidad de añadir una sulfonilurea, una tiazolidinediona, un inhibidor de SGLT-2 o un inhibidor de DPP-4 a la metformina para mejorar el control glucémico cuando se considera una segunda terapia oral. (Grado: recomendación débil y evidencia de calidad moderada.)
Este documento que recoge toda la evidencia disponible hasta la fecha dedica como toda referencia a la comorbilidad lo siguiente:
Curiosamente en el resumen, cuando recogen las áreas donde tenemos escasa evidencia, ni siquieran prestan atención a este extremo, de hecho ni lo nombran.
Parece que tratar la diabetes es sólo tratar la glucemia y evitar sus comorbilidades. Queda mucho camino todavía, está claro…