Cuántas veces he sorprendido a mis hijas, tumbadas sobre la alfombra, mirando un colgante de colores en su habitación, con los ojos abiertos, pero con la mente en su mundo de fantasía.
Ellas llaman a las guirnaldas ‘clonclones’ porque mecidas por el viento suenan así.
Son una opción excelente para personalizar cualquier rincón, no están limitadas al territorio infantil. Y nunca pasan desapercibidas…. ¡Atrévete!
Y como último ejemplo, un golpe de color con unos simples pompones: