El mexicano y el francés vivieron suertes dispares. Desde la decimooctava posición de la parrilla, Gutiérrez, con una estrategia de tres paradas en la que reservó dos juegos de superblandos para los dos últimos stints, consiguió mejorar cuatro plazas. “Me he divertido en la carrera y haber podido acabar es un gran paso; lástima que no pude disponer del DRS, con lo que adelantar me resultaba difícil, pero en general mi carrera fue buena. Pero necesitamos acabar en los puntos, y eso es en lo que debemos concentrarnos ahora”, señaló Esteban.
Romain Grosjean, que había partido en séptima línea de la parrilla, no pudo celebrar como le hubiera gustado su 30 cumpleaños. En el caos de las primeras curvas, el Sauber de Ericsson se cruzó en su camino y le obligó a pasar por boxes en la primera vuelta para sustituir el dañado alerón delantero, lo que le relegó a la penúltima posición. La aparición del coche de seguridad le hizo albergar algunas esperanzas que no se concretaron. “Una carrera horrible”, se lamentó el francés. “La salida fue terrible, Marcus se cruzó en mi camino y me rompió el alerón. Con el safety car, pensé que todavía tenía alguna oportunidad, pero el equilibrio del coche no era bueno ni de lejos. Con todo, haber tenido una carrera tan mala es positivo porque podemos analizar lo que hicimos mal, lo que hicimos bien y lo que podríamos haber hecho de otra forma y, a partir de ahí, hacernos más fuertes”.
Pese a irse de vacío de Shanghai, Haas conserva el quinto puesto en la clasificación de constructores, a 11 puntos de Williams, aunque solo uno por delante de Toro Rosso. Por el contrario, Grosjean cede posiciones en la de pilotos para situarse octavo. Próxima parada, Rusia, a donde, según afirma el jefe de equipo, Gunther Steiner, “llevaremos lo mucho que hemos aprendido este fin de semana y en una carrera tan complicada para ver qué es lo que podemos hacer”.