Mi día comenzó temprano en el hostel en el que me había quedado en Viña y tras desayunar en compañía de viajeros europeos, me tomé un bus de línea hasta Valparaíso, sin tener idea siquiera dónde debía bajarme ni cuánto demoraría en llegar.
¡Bienvenidos a Valparaíso!
También se puede viajar a Valparaíso en un Metro que sale a la superficie
Le pregunté al conductor del bus dónde debía bajarme y me dijo que me podía dejar en el cerro Barón, donde había una buena vista. Así que como no conocía nada y no tenía ninguna referencia, me bajé allí. Saqué unas fotos aéreas de la ciudad y bajé enseguida del cerro para empezar a caminar por lo que me pareció que era la avenida principal de Valparaíso. El tráfico y la gente me indicaba que tenía que caminar por allí.
Trolebuses en Valparaíso
¡Disfruten del arte callejero!
De casualidad encontré una fería de antigüedades en medio de la ciudad
Entre trolebuses, ferias y artistas callejeros, me perdí por las calles de “Valpo”, una forma diferente de llamar a la ciudad. Fue muy bueno encontrarme con plazas repletas de gente en ferias de antigüedades sin saber que existían. Fue como encontrar la parte no turística de la ciudad, que muchas veces son las más interesantes de las mismas.Una persona me había indicado que podía ir a visitar la zona portuaria y el monumento a Prats, que el mapa que me habían dado en el hostel de Viña indicaba que se encontraba al otro lado de la ciudad.
Monumento a Prats
El edificio de la armada de Chile de fondo
Como mi idea era conocer todo lo que pudiese, decidí caminar a conocer el monumento. Me tracé en el mapa un recorrido por lo que yo creía que eran las principales calles, intercambiándolas de rato a rato para poder pasar por las plazas y catedrales que aparecían identificadas. Ninguna de ellas me llamó la atenciónEl puerto de Valparaíso es de los más importantes de Sudamérica
La ciudad y el puerto
Por esa calle caminé hasta el monumento
Ya llegando al lugar, bajé a caminar por la calle que daba al mar y conocí una zona “portuaria” que parecía mucho más turística de lo que venía viendo. Allí, tras tomar unas fotos del monumento, encontré un puesto de turismo donde pregunté qué era lo que no debía perderme de Valparaíso. Una mujer muy amable me indicó que tenía que subir a los cerros, cosa que no venía haciendo.Entonces, sin perder el tiempo, tomé la decisión de empezar a subir a los cerros de la ciudad. En ese momento me hice una pregunta: ¿tendría que caminar mucho para subir y bajar de ellos?.
Así se ven los cerros desde abajo
La respuesta es no, no hace falta caminar tanto para poder visitar los cerros, ya que una característica típica del lugar es que existen ascensores pagos (de un precio bajo) para subir a ellos. Me pareció de lo más interesante y obviamente utilicé uno de ellos para poder ver de qué se trataba. Los ascensores son muy antiguos y uno se pregunta si realmente podrán resistir el peso de toda la gente que los utilizanEl ascensor del cerro Artillería
Mucho colorido y arte sobre el ascensor
Y así se ve desde adentro y subiendo
Al primer cerro que subí fue al Artillería, al cual subí a través de su ascensor que es muy colorido. La verdad es que el cerro tiene una muy linda vista, pero también es cierto que esperaba encontrar más en sus casas y paseos. Sin embargo, no me desanimé y bajé caminando para ir en busca de nuevos lugares
Una de las casas más pintorescas del cerro
Otra de ellas
Vista desde el Cerro Artillería
Una vez debajo, caminé hacia los cerros Alegre y Concepción y subí a ellos, ya que eran los otros que me habían recomendado. ¡Ahora sí había encontrado lo más interesante de Valparaíso!Las calles, las casas y los locales que estaban en estos cerros eran de lo más pintoresco y la verdad es que había mucho por recorrer. Restaurantes, iglesias, paredes decoradas y todo en estos barrios era un atractivo más.
Como esta iglesia Luterana que me llamó la atención
Un ascensor de 1883, ¿resistirá?
¿Quién se asomará por las ventanas?
Y así se ve el cerro Concepción desde abajo
A eso de las 18hs tenía un bus de vuelta a Santiago, por lo que el tiempo que tenía para caminar no era mucho. Me fui sabiendo que me faltaron conocer muchos lugares. Ahora, tras mi día de visita en Valparaíso, me doy cuenta que perdí algo de tiempo por la mañana caminando por las partes bajas de la ciudad y debería haber subido desde un primer momento.
A esta "sanguchería" no entré a comer y no sé si es recomendable, pero se ganó la foto por el gato que dormía en la ventana
Después de haber recorrido Viña y Valparaíso, puedo decir que el contraste entre las dos ciudades es muy grande. A pesar de estar a pocos minutos de distancia y de estar ambas sobre el mar, las dos ciudades son muy diferentes. Mientras en Viña se destaca su costanera y sus playas, en Valparaíso lo que se destaca son sus cerros y sus casas. Ambas ciudades muy diferentes, ambas ciudades dignas de ser conocidas…