Habilidades para Navidad (IV)

Por Centro Psiconet

En este último post vamos a trabajar determinadas situaciones que habitualmente nos cuesta más gestionar. En estas situaciones incómodas podemos destacar dos situaciones en concreto, cómo expresar desacuerdo y cómo decir que no.

A la hora de expresar desacuerdo con otra persona no siempre nos resulta una tarea fácil. En ocasiones, depende del interlocutor del dialogo y en otras ocasiones únicamente de uno mismo. Expresar emociones negativas o descuerdo va asociado normalmente a la petición de cambio de una conducta que nos hace sentir incómodos. Para ello podemos seguir un patrón muy concreto de expresión verbal, que ayuda a que el mensaje llegue de manera clara a la otra persona y lo hace de manera adecuada al contexto:

  • Describir de manera clara la situación que nos desagrada o que deseamos cambiar (“Cuando tú me gritas cada vez que me pides que haga la cama…”)
  • Expresar los sentimientos personales en primera persona, evitando acusar al otro (“Yo me siento tenso y desesperado”)
  • Pedir un cambio concreto de conducta (“Me gustaría que dejaras de pedirme que haga la cama gritando”)
  • Agradecer la atención del otro a nuestra petición (“Me alegro de que me hayas escuchado”)

Es importante reflejar estos mensajes en primera persona, es decir, desde el cómo me siento yo o cómo lo percibo yo, son mensajes respetuosos que expresan sentimientos, opiniones o deseos, sin evaluar ni reprochar nada al otro.

El decir que no es otra de las situaciones que a nivel social nos puede costar más. Es cierto que en el ámbito familiar o de pareja tenemos más seguridad a la hora de negarnos a hacer ciertas cosas, no creemos que una relación familiar peligre al no aceptar una propuesta. Sin embargo, en el ámbito social puede costar más porque vemos más inestabilidad en estas relaciones.

Decir “no” significa rechazar una petición que no queremos aceptar. Tenemos derecho a decir no ante cualquier tipo de petición y no es necesario tener importantes y serias razones para decir que no.

Es muy importante romper el hábito de decir no poniendo excusas. Dar excusas es inadecuado porque es ineficaz y además no es asertivo ni honesto.

Una buena manera de empezar a decir no es, ante la petición que queremos rechazar, decir no, prefiero no…. Por ejemplo, “¿Quedamos para ir al cine esta noche? No, prefiero no ir al cine esta noche”. Otra opción sería decir no seguida de la preferencia alternativa, si procede. Por ejemplo, “¿Quedamos para ir al cine esta noche?  No, prefiero quedarme en casa”.

Cuando comiences a practicar esta forma de decir “no”, es muy importante que no sonrías de manera condescendiente. El efecto de la sonrisa podría tener para el interlocutor un significado irónico o también se podría interpretar como inseguridad.

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