Primero, al hablar del ya por entonces célebre escritor ruso, dice que sin embargo eso no fue lo más interesante y menciona una de sus obras menores en vez de alguno de los grandes clásicos que han salido de su imaginación, que uno podía dudar y dado que a Nabokov siempre le interesó mucho la temática del doble, del desdoblamiento, pues que no estuviese tramando alguno de sus golpes de efecto, pero cuando uno se encuentra más adelante el aviso a los impresores uno ya no tiene duda de la guasa y la burla, el juego y la osadía que puebla su obra.Un humor y una ironía que adquieren categoría, al no ser recurso de escritor mediocre si node un autor que escribe lo siguiente, explicándonos en la pg. 215 como nació su primer poema:
“Un momento después comenzó mi primer poema. ¿Qué fue lo que lo disparó? Creo que lo sé. Sin que soplara la menor brisa, el puro peso de una gota de lluvia, brillando con parasitario lujo sobre una hoja cordiforme, hizo que su punta se inclinara, y lo que parecía un glóbulo de mercurio llevo a cabo un repentino glisado por la vena central, y luego, tras haber descargado su luminosa carga, la aliviada hoja se enderezo. Tip, leaf, dip, relief (tip, lif, dip, relif) Punta, hoja, inclinación, alivio………..
Un talento descriptivo que milagrosamente bordea el cursilismo, sin nunca caer en él y dar una exhibición de su exquisita sensibilidad… a pesar de no estar dotado para la música, en la descripción de unas nubes en la pg. 212, que liga con su futuro y que no pongo entera por su extensión. Sólo un aperitivo:
“Arriba, por encima de la música negra de los cables telegráficos, unas cuantas nubes alargadas de color violeta oscuro con adornos rosa flamenco pendían inmóviles, dispuestas en forma de abanico; el conjunto parecía una prodigiosa ovación de colores y configuraciones. Pero estaba agonizando…..”.
Les pronostico a los que se aventuren a mirar el fragmento, que al encontrarlo, sentirán algo parecido a como ir por el bosque y de pronto verse sorprendidos por un arco iris, un animal mitológico o un raro ejemplar de hada madrina y deberán tomar aire y respirar pausadamente por un momento para no romper el embrujo… de una prosa que ni la traducción empobrece.O esta frase que explica la celebridad y el respeto que Nabokov como prosista ha adquirido, pg.169: “Soy feliz testigo del supremo logro de la memoria, que es el de la magistral utilización que hace de las armonías innatas cuando recoge en sus repliegues las tonalidades suspendidas y errantes del pasado”
¿De qué otra manera, que la supere, se puede decir eso con tanta precisión?
Una valoración esta, del autor supremo que fue, que no oculta un interrogante que durante años han persistido en mí y que no he resuelto sobre la persona que fue: Su poca crítica al régimen casi feudal en que vivía Rusia, su no entender la revolución bolchevique que prendió en la miseria de las clases bajas como podía hacerlo una semilla en un pozo de fertilizantes atómico surtido de un manantial de agua inagotable y un sol en exclusiva.Y no me vale la explicación de que era un agraciado del régimen y no un sacrificado. Su sensibilidad, su amor por las mariposas y su incontestable lucidez no la hacen valida.Mientras, ahí sigo, leyéndolo y leyéndolo. Descubriendo en cada nueva lectura, nuevos matices, nuevas muestras de su genio. En ésta o en cualquiera de sus otras obras. Aunque sean de crítica literaria o de poesía.