Hablando del tiempo

Por Drajomeini @DoctoraJomeini

Mi hermano suele decir que, en los ascensores, la gente - si dice algo - es para comentar el tiempo que hace. De hecho, una vez subí con él a un ascensor y una señora que subía con nosotros comentó: - Parece que va a refrescar. Menos mal. Porque ya era hora de que llegara el otoño. Nos dio a los dos un ataque de risa tal que la señora se marchó toda ofendida.  Yo creo que, en general, se hace por decir algo: el típico síndrome de la hoja en blanco. No sé de qué hablar. Pues, en lugar de callarme - que es lo que debería hacer - voy a hablar del tiempo.  Como hoy. No sabía de qué hablaros, pero - en lugar de callarme, que es lo que debería hacer - os voy a hablar del tiempo.  En un Servicio de Anestesiología , como en cualquier trabajo, hay todo tipo de fenómenos climáticos:
  • Las nubes: son aquellas personas que vuelven el ambiente gris, cabreados crónicos con el mundo, nunca jamás sonríen. De vez en cuando, chocan unos con otros y desencadenan lluvia. Sólo hay que aprender a bailar bajo la lluvia. 
  • Los vientos: son los desencadenantes de la gran mayoría de los fenómenos atmosféricos. Expertos en el arte de manipular a su antojo. Todo vale con tal de conseguir sus objetivos. Al principio, son agradables - una brisa suave - pero hay que tener cuidado con ellos porque pueden convertirse en huracanes. 
  • El granizo: cae, cae sobre ti y machaca con sus quejas continuas. Se carga las cosechas y no es constructivo. Nunca hace nada para cambiar esa realidad de la que se queja todos los días.Pero, como el agua, nunca tiene la culpa de nada. Inodoro e insípido, pero tremendamente dañino.
  • Las heladas: son peores que el anterior. Eternas insatisfechas que critican todo lo que se pone a su paso, pero su efecto es constante e invade todos los espacios. Imposible ponerse a cubierto. Si no estás, te sacan defectos. Si estás, se les nota en la cara. 
  • El rayo: llega sin avisar e ilumina todo en un instante. Puede quemarte, incluso matarte, pero es  de una belleza inigualable y su energía es reutilizable.

Gracias al cielo, también hay de vez en cuando algún arcoiris y algún día de anticiclón, con tiempo estable y ausencia de precipitaciones. Si no, me daba algo.